La historia resumida de investigaciones botánicas en el Orinoco de Colombia
Autor: | Cárdenas Torres, Miguel Andrés |
La historia documentada sobre investigaciones de flora en América, inicia con los viajes llevados en anclas por Cristóbal Colón durante el descubrimiento del Nuevo Mundo. En su tercer viaje, que data de 1498, descubre la desembocadura del río Orinoco en el Océano Atlántico cuando costeaba la isla de Trinidad; sin embargo, el primero en penetrar en este majestuoso río fue Diego de Ordaz en 1531 por motivos de exploración.
Durante el siglo XVIII los misioneros jesuitas, a través de sus expediciones evangelizadoras en el Nuevo Reino de Granada, documentaron con mayor detalle las características del medio natural, cultura y antropología de los pobladores aborígenes. Particularmente, con la misión encomendada al Padre Joseph Gumilla en 1715 se instituye un hito en la historia botánica del Orinoco por aportar valiosos manuscritos de obligada consulta para futuros investigadores del Nuevo Mundo.
En la presente obra se incluyen las contribuciones de información geográfica de mediados del siglo XVIII con las expediciones ilustradas, los trabajos del Padre José Celestino Mutis quien encabezó la Expedición Botánica (desde 1761), los viajes de Humboldt y Bonpland (1799-1826), y los aportes para la ciencia de Francisco José de Caldas a principios del siglo XIX. También se cita el establecimiento de la Comisión Corográfica de la Nueva Granada (1849) y, junto con el análisis de los trabajos de Spruce, Triana y demás científicos destacados, se nutre el material histórico analizado en este libro.
Para mediados del siglo XX se exponen las obras de Santiago Cortés, del Padre Pérez-Arbeláez, Cuatrecasas, Schultes y Holdridge, por citar algunos ejemplos. Al final se abordan de manera sucinta los trabajos realizados durante las últimas décadas por especialistas, botánicos, exploradores, naturalistas, universidades, institutos y organizaciones del país y del extranjero. Todas estas investigaciones ponen en evidencia el estado del conocimiento de la flora nacional, pero específicamente la riqueza del Orinoco de Colombia y sustentan la necesidad de seguir explorando esta bella región que aún tiene muchos más tesoros naturales por descubrir.