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ISBN 978-958-5535-70-1

Posverdad en revistas científicas de comunicación de Iberoamérica: Un análisis de contenido

Autores:Arias Mendoza, Dineyis
González Pardo, Rafael
Herrera Delghams, Leonardo
Cortés Peña, Omar Fernando
Editorial:Corporación Instituto Latinoamericano de Altos Estudios
Materia:302.23 - Medios (Formas de comunicación)
Clasificación Thema::JHBC - Investigación social y estadística
Público objetivo:Profesional / académico
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Próxima aparición
Publicado:2021-01-08
Número de edición:1
Tamaño:1,2Mb
Soporte:Digital
Formato:Pdf (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

"Posverdad en Revistas de Científicas de Comunicación de Iberoamérica: Un análisis de contenido” se presenta luego de saldar cada una de las fases de un proceso de investigación riguroso en el escenario del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda seccional Santa Marta. Este proyecto, iniciado en el año 2019, aparecía muy conectado con la esencia epistemológica de la línea de investigación Narrativas, Opinión Pública y Formación Ciudadana (Latorre, Navarro y Mejía, 2013). Desde la cual, se justificaba emprender el análisis de un concepto “emergente”: el de ‘posverdad’, revisto de aparente legitimidad y popularidad académica, debido al reconocimiento otorgado por el Diccionario de Oxford al catalogarlo en 2016 “palabra del año” (OED, 2016).

Más que adherirse al estudio de un tema en boga, el equipo de investigadores advirtió la necesidad de analizar el debate alrededor del fenómeno al que la posverdad daba nombre pues el término surgió, en buena medida, para brindar algunas respuestas, o pistas, a la pregunta de por qué en las sociedades contemporáneas, el debate de los asuntos de interés público, estaba degenerándose – en algunos casos diluyéndose- ante la imposibilidad, cada vez más palpable, de acceder o tal vez confiar, en la existencia de un relato honesto y veraz de la realidad, que orientase a la opinión pública y el accionar ciudadano.

El neologismo saltaba de los márgenes estrechamente ligados a la política (Manjoo, 2018; Keyes, 2004), a las columnas de opinión de analistas, periodistas e intelectuales, normalizándose su uso en todo tipo de discursos públicos y mediáticos, e incluso entre las conversaciones cotidianas (McIntyre, (2018), pese a que su significado no estuviera aún fijado de una manera concreta o única (Capilla, 2019) y a que, paradójicamente, sus aires de novedad estuvieran haciendo referencia a viejos problemas asociados a la manipulación informativa, a la distorsión deliberada de los hechos y a las mentiras fabricadas con aspecto de verdad: noticias falsas – fake news (Allcott & Gentzkow, 2017), o incluso, a la bien comentada propaganda política con fines persuasivos (Aparici y Marin, 2019).

Diferentes autores relacionan la clara trascendencia de la posverdad para el campo de la Comunicación Social y el Periodismo, con la campaña electoral de ascenso a la presidencia de Donald Trump (Rodríguez-Andrés, 2018) y con los sorpresivos resultados del Brexit, referéndum en el que un mayoritario sector (descontento por decirlo menos) del electorado británico, votó a favor de que el Reino Unido abandonara a la Unión Europea (UE) (White, 2017). De hecho, el vertiginoso incremento en el uso del término posverdad en 2016 (del 2000 por 100, frente al uso que se le dio en el año 2015) coincidió cronológicamente con estos dos sucesos de repercusiones históricas para la geopolítica global. No es casualidad, que Casper Grathwohl, director de Oxford Dictionaries (una división de Oxford University Press) manifestara que la posverdad pasaría a convertirse en una de las palabras que definen nuestra época (OED, 2016).

Tal carga denotativa, ha despertado varios cuestionamientos sobre si, en efecto, la posverdad aporta algún elemento explicativo, útil para interpretar la realidad presente, pues en tanto nos adscribimos al significado proporcionado por el Diccionario de Oxford (2016) que la define como las circunstancias en las cuales los hechos objetivos son menos influyentes en la configuración de la opinión pública que las apelaciones a la emoción y la creencia personal, habría que discutir si no se está cayendo en el desacierto de re-nombrar a fenómenos de antiguo calado para las Ciencias Sociales, a fin de conferirles un elemento innovador en su forma y no tanto en su fondo; en tal sentido lo señalan algunas críticas severas al concepto (Carrera, 2018), que lo consideran una incorporación acrítica a los marcos explicativos con los que se está haciendo lectura de las complejas dinámicas sociales, políticas y culturales del acontecer actual.

Esta clase de consideraciones sugieren el carácter impreciso de la posverdad, que además reclaman una mirada interdisciplinaria, así como una revisión a los fenómenos que la preceden –o que la componen – no obstante, en la definición del Diccionario de Oxford, se nos revele apenas un aspecto de lo que la expresión, también llamada expresión ómnibus, conlleva (Del Fresno,2019). En tal sentido, la literatura disponible en obras de reciente aparición provenientes del periodismo (D’Ancona, 2017), de las teorías cognitivas (Lewandowsky et al., 2017), de la filosofía (McIntyre, 2018) y de textos, realizados en colaboraciones en las que confluyen perspectivas heterogéneas (Ibáñez, 2017) resaltan el carácter poliédrico, multidimensional e intrincado del término.

Habría que sopesar si, en concordancia con el sociólogo Ulrich Beck (2004), ciertas categorías que se daban por sentado en la investigación social y que en el pasado servían para explicar cómo era percibida, expresada y agenciada la opinión pública, se han convertido en conceptos zombis (Masip, et al., 2019), que resultan ineficaces, o insuficientes, para la comprensión de la profunda transformación ocurrida tras la irrupción de Internet y la experiencia vital de estar en un mundo globalizado, en el que un sofisticado (y cada vez más accesible) ecosistema tecnológico y mediático (Ramos-Chávez, 2018), permea a un nivel profundo, perpendicularmente, las estructuras e interrelaciones de la sociedad, que otrora eran concebidas firmes, previsibles, y ahora parecen diluirse, haciendo mucho más dispendiosa su aprehensión y, también, mucho más necesaria la apelación a nuevas denominaciones conceptuales con las cuales estudiar los cambios que se están sucediendo.

De esta manera, las discusiones en torno a la posverdad estarían fluctuando entre quienes la juzgan un término de moda que atinó a re-etiquetar a uno, o varios procedimientos muy antiguos de manipulación de la opinión pública (por ejemplo, la demagogia podría ser uno de sus antecedentes y apareció en la retórica griega clásica, cientos de años atrás) y quienes consideran que su irrupción responde a factores inéditos, debido a la determinación o mediación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) sobre la vida política, social y cultural de nuestra época (Rodríguez-Ferrándiz, 2019, p. 7), lo que justificaría su valor conceptual y aplicación en los contextos vigentes, trastocados por la digitalización de la interacción social y de la democracia (Masip, et al., 2019, p. 4).

Es en este debate abierto, en el que los autores de esta obra fruto de la investigación en Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, seccional Santa Marta, vislumbraron la oportunidad de poder establecer si el estruendo generado por el reconocimiento dado a la posverdad en 2016, desde Oxford, había provocado eco, o impacto, sobre la literatura clasificada como científica en el campo de la Comunicación Social y el Periodismo, en los limítrofes de Iberoamérica.

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