Reseña

Desde los años 50 se ha visto el crecimiento de un modelo económico de consumo insustentable, que ha llevado un progreso dramático y sin precedentes, pero este crecimiento acelerado ha tenido consecuencias para la sociedad, factores que hoy se develan como grietas profundas en el sistema y que amenazan su existencia. La desigualdad y la inequidad se han acentuado, el uso exacerbado de los recursos y especialmente de la tierra, ha llevado a varias especies de flora y fauna al borde de la extinción y en algunos casos a la extinción misma. Pero el factor que representa el mayor peligro inminente es la degradación ambiental acelerada que ha tenido lugar a lo largo y ancho del globo, generada por acciones antrópicas como la deforestación, la contaminación de las fuentes hídricas, la contaminación del aire, la emisión de gases de efecto invernadero, la arbitraria disposición de residuos de toda naturaleza, el uso excesivo de polímeros de muy baja o nula biodegradabilidad y, demás, que han contribuido a la construcción de un modelo económico de consumo insostenible, degradando el ambiente a un ritmo tal que supera la capacidad de recuperación, trayendo como consecuencia una mayor necesidad de expansión de los territorios aprovechables, en un frenesí productivo insostenible.