Reseña

Es la época de gestar con responsabilidad y parir sin tapujos. Es la época de criar desde la consciencia.

Nos estamos humanizando luego de que la gestación y el parto en los diferentes escenarios han venido siendo silenciados por la sociedad, convirtiendo esta experiencia primal del ser humano en un profundo misterio.

Estamos restaurando el vínculo con la infancia, luego de que este ha sido interrumpido durante generaciones enteras, destinando al olvido el real sentido de la crianza.

Basta con preguntarnos sobre nuestro propio nacimiento y nuestra infancia, para constatar cuán poco sabemos de nuestra historia.

Para vivir en permanente dicha y plenitud, y evolucionar humanamente, se nos hace necesario retornar a la consciencia del gestar, el nacer y de la crianza como fundamentos imprescindibles para una sociedad emocionalmente sana.

Para ello es preciso abordar también el parto desde la consciencia como vínculo primordial de humanidad.

Es preciso hablar de la gestación y el parto como experiencias vivas, sin más adorno que el de las madres gestando y dando a luz, impresas en relatos de gente real.

Es preciso abordar también la crianza desde experiencias tan reales como las de una madre, un padre, un hermano, incluso la experiencia de un abuelo que se aproxima por segunda vez a la crianza.

Entonces, también es esta la época de evidenciar lo que se ha silenciado y de recordar eso que se ha olvidado durante generaciones.

Son ellos, los protagonistas de las historias, los investigadores de la naturaleza del ser humano, los profesionales humanizados respetuosos de procesos y tiempos biológicos, quienes naturalmente vienen retornando a la consciencia originaria y aquí nos relatan el principio de la vida propio del ser humano.