Reseña

El ser humano, inmerso en el mundo, busca incansablemente responder a una pregunta, ¿Qué es el hombre? Esta pregunta, que aparentemente puede ser de fácil respuesta, se ha convertido en todos los tiempos y para algunos filósofos, en un interrogante que supera la antropología, la psicología, la meta-física y la ontología, pues no solo es saber qué es el hombre, sino también, cómo vive, cómo se relaciona, cómo se comunica; limitar la pregunta al qué, deja de lado otras dimensiones, integridad que se requiere para comprender un poco mejor al ser humano. Es dar el paso del qué, al quién es el hombre. Este salto, en apariencia nominal, es un salto epistemológico, porque incluye además del componente de relación, el componente ético, pues la antropología se constituye en aquel tratado que estudia al hombre, como sujeto libre, que se mueve en el entendido comportamental todo el tiempo. Es así, como la antropología penetra y se deja permear de otras ciencias como la filosofía, la ética, la sociología, el derecho, la ecología, entre muchas otras.