Reseña

En estos momentos, en los que el temor, la incertidumbre, y la deses-peranza caminan por los senderos, pellizcándonos el alma, los recuerdos de familia, de nuestra niñez, del terruño que nos arrulló los primeros sueños, vuelven a nuestro cerebro para sanar las heridas que se abren con el paso de los días, para recordarnos que debemos regresar al inicio, al momento en que era más importante el suave beso de la brisa, el mango que rodaba entre los campos, que este ramillete de lunas superfluas que hoy nos tienen lanzándole piedras al rostro que se refleja en las aguas del riachuelo de los sueños estancados. Jhon Jairo Marrugo, lo ha entendido perfectamente, es por eso que hoy nos presenta estos “cuentos para despertar el Alma” un recorrido por los recuerdos, por las verdes y perfumadas rutas que nos marcaron para siempre, y que hoy nos refrescan la existencia en esa introspectiva, que a más de uno nos sirve de bálsamo para enfrentar el acecho del enemigo en común, que nos ha puesto a rebuscar en los más íntimos recodos de la memoria la razón de nuestra existencia. El autor le ha dado vida a Personajes que nos recuerdan a nuestro premio nobel, como la Remedios, que de tanto orar, su cultivo de plátanos creció de una manera descomunal que fueron la atracción de todos los pueblos vecinos, pero ésta en vez de elevarse por los cielos, sembró en la tierra su símbolo de lucha y el fruto que representaría la fuerza que nos impulsa a edificar todo que aquello que hace raíz en los vecindarios de nuestro corazón. Hay una espiritualidad marcada en estos textos, cada historia es una esperanza, un espejo en el que nos miramos e inventamos una burbuja para escondernos hasta del más esquivo de nuestros temores, es un llamado a buscar en lo más sencillo, la hamaca en la que Dios nos espera para dormirnos y regalarnos un nuevo día, pintado con un sol que abandonará su escondite en las montañas para regalarnos el abrazo que de seguro nos hará más fuer-tes, más humanos, más espirituales, más dados al autocuidado y al cuidado de aquel que nos acompaña en la búsqueda incesante, en la marcha al encuentro con las uvas que marcan lo efímero del tiempo . Cada cuento de este libro refleja una lección de vida, un llegar hasta una satisfacción que renueva, que libera, y marca el trayecto para empezar en una nueva sombra de árboles al atardecer, ese “despertar del Alma”. Son inquietantes estas líneas, en el buen sentido de la palabra, son de esos regalos de los que anhelas descubrir sin haber terminado la fiesta, esos manjares de los que buscas el lugar más solitario para degustar. Estoy seguro que estos “cuentos para despertar el Alma” inquietarán a más de uno, serán la granadilla silvestre para degustar en las tardes rojizas de la vereda de nuestra existencia, serán el canto que nos alegre las mañanas con su mensaje espiritual, de renovación, de posibilidades cristalinas, de promesas de aquel que un día nos dejó marcada en la retina, la mues-tra más intensa del amor. Y en todo caso será el amor el que nos salve, el que tenga la última palabra, el que esparza nuestra esencia, será ésta construcción conjunta la que nos regalará una nueva salida, un nuevo despertar en el que podamos replantear nuestras rutas, nuestros atardeceres, nuestros frutos, nuestras siembras y cosechas, y rememorando las palabras del que nació en Macondo, “Donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan una segunda oportunidad sobre la tierra”. Walter Yepez Del Toro Escritor del caribe colombiano