Reseña

El poemario titulado “Remembranzas”, pretende llegar y tocar fibras de aquellos lectores amantes del verso libre, del romanticismo, de la nostalgia y la melancolía. Contiene un total de 30 poemas.

“Las manos de mi madre, hablan incesantes de la vida”. El poemario de la educadora, pintora y poetisa: Minerva Piedad Castillo; inicia, exaltando el más sublime sentimiento que abarca la existencia y que corre por nuestras venas, llevando el mensaje maternal de la Virgen María, a la humanidad.

La obra prodigiosa, de la educadora, Minerva; en su condición de madre cabeza de familia de tres ejemplares hijos: Nayid Douvan, Linda Karen, Katterin Nikoll; es la prueba fehaciente de su ejemplo, para plasmar sus reflexiones poéticas, a manera de remembranzas.

El recorrido lírico que propone la educadora y poetisa, es un canto a la vida, a los amores y otros aspectos relevantes; en especial a su progenitora, sus hijos, sus hermanos, sus discípulos y al mundo de una forma fantástica y magistral. Es importante, resaltar que el amor por su patria chica: “Lourdes, mi tierra” también juega un papel interesante, en el compendio poético, que se abre paso, en ese ramillete de lírico: “Es mi Lourdes con sus montañas de grandeza monumental, cada paisaje encanta, su aliento es de neblina celestial”.

En sus remembranzas, juega un papel trascendental, su hermano: Juan, que la acompaña desde el Empíreo; le sostiene su pluma, en las noches de insomnio, cuando la inspiración es la diosa que camina por el vergel de lo onírico y se abre paso con poemas e imágenes.

Hay reflexiones, que invitan a buscar la paz, como único camino que nos puede llevar a consolidar una patria; donde el respeto por la vida, sea el motor que mueva, la cotidianidad. Lo cotidiano, hace al poeta, un ser abierto a la realidad; que lo envuelve, en un cúmulo de añoranzas y pasiones. Ese asombro, hace de su vida, un estado poético que lo convierte en un rapsoda: sencillo, humilde y detallista. Los poemas: El Viejo de los tintos y Tuti; son el ejemplo, del papel que debe jugar, aquel amante del mundo de los sueños.