Reseña

Juliana y su hermano, como había previsto, dejaron al cangrejo a la orilla de un río cercano a su casa, Pepe vio que las flores flotaban sobre el agua, estas blancas azucenas navegaban como casas que jugaban con los vientos, Pepe se arriesgó en una azucena de ilusión, su lento recorrido le cambió el destino, sentía los estambres hormiguear su abdomen, sépalos de nácar y blando corazón entre los pétalos, Las rápidas lanchas de motor lo sobresaltaron, pero se aferró fuertemente a los pétalos y parte del tallo que tenía la flor, la velocidad lo fatigó y al salir de estas turbulentas aguas dormitó entre la arena.