Relatos para decorar un vacío
Autor: | Varela Barraza, Odymar |
Colaboradores: | Carlos, Pelicano (Fotógrafo) Avila Bustos, Camilo José (Diseñador) Graciela, Gutiérrez Casas (Coordinador Editorial) Avila Pérez, Alfonso José (Editor Literario) |
Sucede que cuando se realiza una lectura a los textos que componen “Relatos para decorar un vacío”, se abre un universo narrativo insospechado y particu-lar, donde seres, imágenes, colores, momentos, esta-dos emotivos y visiones personales cobran una di-mensión singular. Se trata ahora de un territorio delimitado por el gusto, la impresión, las virtudes artísticas, la manera en que la vida es descubierta, el tono y la ciencia de los acontecimientos. Muestra de las cualidades narrativas del autor, cuya mirada social, generacional, histórica y lúdica, alimentada por el amor, la pasión, el sueño, la ensoñación, el mar y la sierra, se extiende segura y certera por la dilatada jurisdicción de sus textos. El escritor aparece como dueño pleno de sus fines y confines. La temperatura humana es siempre elevada, lo físico y lo natural sustentan vigorosamente las acciones, las distintas geografías enmarcan los impulsos, produciendo un juego de estructuras que conceden variedad e inten-sidad a las tramas. Categóricamente he de afirmar que Odymar Varela Barraza es un poeta, pero con tal declaración no indico que no pueda enfrentar las exigencias y los requisitos de la narrativa. Esta es una provechosa oportunidad para que cualitativamente la brevedad narrativa ponga de manifiesto sus distin-tivos atributos, ya reconocidos para el caso de largue-zas mayores. Así, cada personaje, cada figura princi-pal, desde su interior inocente, trastornado o melan-cólico, otea lo que se exhibe ante sus ojos, ya sean las luces de la tarde, ya las sombras de la noche, ya la bruma y la niebla que hacen desaparecer al mar, ya los colores que intrínsecamente tiñen cada uno de los sitios, ya el ir y venir de las figuras, ya el sonido de las cosas, ya los hechos sencillos de la cotidianidad. La realidad emerge fabricada con trazos seguros y defi-nitivos, tal vez con un único dejo de misterio, el del final, donde el temor intenta alterar lo establecido. El desplazarse a otros lugares, al permanecer sujetos a la calle, a una habitación, a una terraza, los respectivos personajes imprimen mayor fuerza a su protagonis-mo y a las conductas que observan o recuerdan. El tiempo transcurrido contribuye notoriamente a la condenación literaria, pues son pocas las horas. Los cuentos entonces forman un aparente conjunto que resulta no de una intención consciente del autor, quien ilustra los variados recursos descriptivos y el uso de un léxico identificador de la región y de sus pobladores, así como un vocabulario literariamente dibuja el paisaje. Esta selección evidencia una factura narrativa de sólida y sensible concepción, que habrá de ser ratificada por el lector, si así lo desea, al transitar por otras páginas. Anticipo que será altamente gratificante. Odymar Varela Autor