Reseña

La cocina siempre trae recuerdo, es añoranza, es testigo del entorno, sabe y huele a familia, es el registro de abundancia o de parquedad, compendio de saberes sumados en el tiempo y convertidos en la sazón criolla.
En Antioquia, y particularmente en el barrio Prado en Medellín, se reunieron los fogones atizados por las servidumbres foráneas, adicionados de los sabores mediterráneos que llegaron en las valijas viajeras de los primeros comerciantes e industriales de la ciudad y salvaguardados por las recetas exclusivas de las matronas antioqueñas, que tenían como orgullo y linaje, sus recetas de viandas y colaciones presentadas en adminículos celosamente coleccionados, para atender numerosos comensales.
La oportunidad de integrar la producción agrícola local con los conocimientos culinarios de cocineras llegadas de otras regiones, para satisfacer al paladar cosmopolita de los habitantes del sector, se refleja en la variabilidad de la propuesta culinaria lograda con los mismos ingredientes: la abundancia del maíz, el recursivo frijol, el recursivo tomate, los aromas de cafetales endulzados con la caña, las carnes del corral o del establo, los carbohidratos tardíos como la papa y el arroz, las conservas herencia de migrantes.
Una comunidad próspera requiere cohesión y una buena forma de generarla es fomentar sus vínculos a través del conocimiento, la lúdica, la valoración de sus usos y costumbres. El Barrio Prado amerita fortalecer sus instituciones formales y accidentales, para reivindicar un sector de la ciudad lleno de riqueza cultural y patrimonial y al mismo tiempo lleno de oportunidades, riesgos y conflictos. Por tal razón, convocamos más que a sabios, a dolientes del entorno, quienes comprometen su bagaje intelectual para desmarañar con la comunidad comprometida: imágenes olvidadas, historias de oídas, texturas aprendidas en fogones y cocinas, para generar una estructura solidada, presentado un modelo de intervención que pueda ser apropiado y escalado a otras localidades y comunidades.
En el desarrollo de la propuesta todos deben apropiar conocimiento. Las bases comunitarias, el proceso, el consenso, la deliberación, la cohesión, el método y la sistematización de la información. Los facilitadores apropiaran las información para disponerla coherente, ordenada y valorada, la comunidad local y regional, adquirirá experticia de diversas fuentes para aplicar la transferencia de buenas prácticas transversalizadas por diferentes pedagogías sociales que resaltan, promueven y divulgan el Patrimonio Cultural local.
Esta es entonces, es una propuesta de formación en un sentido amplio: encadenamiento social para el fortalecimiento local, apropiación y desarrollo de herramientas participativas con resultados visibles y cuantificables y de transferencia de Buenas Practicas en forma de lecciones aprendidas.
Los conocimientos y tradiciones populares derivadas de la preparación y el consumo de alimentos constituyen uno de los pilares fundamentales del patrimonio cultural inmaterial de la nación, no solamente por el bagaje histórico que encierra, sino porque además acerca y vincula, es muestra fehaciente de la oferta agroalimentaria, genera equidad, es la fundamentación de la seguridad alimentaria.
Sus expresiones en forma de recetas son muestra de rigor, estética y gustos sociales compartidos, por lo tanto en el marco de la celebración nacional del mes del patrimonio, esta investigación participativa en el Barrio Prado aportará evidencia, estructura y modelo de intervención como un aporte a la valoración y divulgación del Patrimonio Cultural inmaterial de la ciudad.
Se conformará un equipo de trabajo multidisciplinario e interconectado con el tema propuesto, el cual aplicará como estrategias de diseño y desarrollo del proyecto, el método CANVAS para focalizar la investigación, y se harán propuestas novedosas de participación siguiendo los delineamientos del método IAP (Investigación-Acción-Participación), los cuales permitirán un proceso de aprendizaje colectivo y focalizado de la realidad, soportado en el análisis crítico de los resultados y con la participación activa de los implicados, con el fin de generar una Buena Práctica en la recuperación del patrimonio cultural inmaterial local.