Reseña

En términos evolutivos, la vida es una serie de eventos que se desencadenaron desde el momento, en el que por primera vez, una ordenación caprichosa decidió replicarse a sí misma, convirtiéndose en una fuerza dinámica que a partir de ese evento primigenio, se ha enfrentado a una serie de entornos cambiantes y de obstáculos que le han obligado a reordenarse y reinventarse una y otra vez durante el tiempo. Las bacterias, los dinosaurios, los peces, las aves y nosotros mismos, somos solamente un intento, una de tantas infinitas respuestas adaptativas a las condiciones que ofrece el entorno del planeta, con una funcionalidad susceptible de hacerse obsoleta con el paso del tiempo.
No obstante y sin ser más o menos que las otras formas de vida con las que coexistimos, la humanidad es la única hasta el momento con el entendimiento suficiente para ser testigo consiente de este proceso maravilloso al que llamamos vida, conectándonos en un sentido muy profundo con toda la serie de eventos que la han hecho posible, convirtiéndonos en incuestionables ganadores de los asientos VIP de un espectáculo singular protagonizado por la biodiversidad de un planeta vibrante, que vuela, nada, produce oxígeno y se cuestiona sobre sí mismo; el único con esta facultad hasta el momento. Nuestra curiosidad por conocerlo y desmarañar todos los procesos que subyacen a lo que podemos percibir solo con nuestros sentidos, nos ha forzado construir un legado de conocimiento a partir de diversos enfoques. Una manera de entenderlo consta de observar las discontinuidades que ocurren dentro de la dinámica de la vida; esas pausas en las que varias generaciones conservan una integridad común con ciertas características en sus genes, morfología o comportamiento, que nos permiten agruparlas dentro de un conjunto al que llamamos especie, siendo esta la unidad principal, que ha permitido a naturalistas y científicos de toda índole, comprender los delicados procesos adaptativos y dinámicas de coexistencia de todas las formas conocidas, a las que hemos organizado, comparado y emparentado.
En este orden de ideas una colección biológica como la del Museo de Historia Natural Marina de Colombia MAKURIWA-INVEMAR, es una inmensa biblioteca que conserva en cada uno de sus lotes un tomo de la enorme enciclopedia de la historia evolutiva del planeta, cada especie es una anécdota de cómo la vida se ha abierto camino sobre nuestros mares, lo que convierte a nuestra colección en un patrimonio invaluable para cada colombiano y a nuestros investigadores del Instituto en intérpretes y narradores de todo lo que cada organismo, desde el más pequeño hasta el más grande nos tiene por contar.
La historia de estas pequeñas formas de vida, conocidas como cangrejos ermitaños es particularmente fascinante desde tres puntos de vista: primero por su diversidad ya que se registra que existen 1174 especies en el mundo, de las cuales en el Caribe colombiano se reconocen 94, siendo el país del Caribe con más especies a la fecha, y que en conjunto con las del Pacífico colombiano, podría llegar a equiparar el 10% de la diversidad de este grupo en el mundo. Segundo por sus interacciones ecológicas complejas, que ocurren debido a que presentan un cuerpo blando, que los obliga a abastecerse de refugios, como conchas, esponjas, troncos de madera, tubos de gusanos, cnidarios y ascidias entre otros, por lo que constantemente ponen material en recirculación y crean sustratos para otras pequeñas comunidades que se relacionan entorno de estas dinámicas; razón por la que se les considera como ingenieros de los ecosistemas. Tercero, por encontrarse evolutivamente en un punto intermedio entre los crustáceos con cola, como los camarones y los llamados cangrejos verdaderos, siendo un objeto de estudio importante para comprender la sistemática de los crustáceos decápodos.
Habiendo dicho esto, los invito a disfrutar de este catálogo, que tiene por objeto dar a conocer a investigadores y amantes de la naturaleza una pequeña muestra del patrimonio que salvaguarda nuestra colección y que pretende ser una guía para que los investigadores interesados en el grupo, puedan identificar las especies de Colombia.