Reseña

Yo te quise cuando niño

Y eso quiere decir para siempre, sentenció Raúl Gómez Jattin, el poeta ángel y demonio que custodia –aunque él nunca estuvo para cuidar a nadie- el Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté.
A la luz de esta premisa poética, el lector se encuentra en La infancia recobrada con poemas y reminiscencias sobre la vida de las autoras antologadas cuando vivían esa otra vida llamada infancia. Cabe aquí preguntarnos como lo hizo el poeta venezolano Rafael Cadenas: ¿qué se espera de la poesía, sino que haga más vivo el vivir? Y nunca como cuando se es niño está más latente y febril nuestra estancia en el mundo. Entonces, todo está por descubrir, por escuchar, por saborear, por palpar. La ignorancia es en este tiempo, una puerta hacia el privilegio del hallazgo. Nada sabes, nada temes: vamos pues a la caza del tesoro. Es la vida en todo su esplendor de miedos, aprendizajes y alegrías. Es la oscuridad iluminada. El frío que arde. La noche iluminada y transformada en día por la luna encandilada. Es el oído el laberinto por donde nos llegan las palabras contadas y cantadas para que ya nunca se vaya de nuestro espíritu la capacidad de entender de qué está hecho el mundo que nos verá abandonar la piel de la niña o el niño que fuimos.
La infancia es el tiempo en que se vive en verdad poéticamente, pues nuestro ser está hecho de imágenes, momentos, iluminaciones o espacios oscuros que hundirán o catapultarán al niño que seremos cuando adultos. Nada más cercano a vivir poéticamente que ser niña, -para el caso de esta antología de mujeres poetas- porque las niñas, como el verdadero poeta no esperan nada. El premio está justamente en vivir poéticamente, aunque no nos demos cuenta de que ello ocurre así. Lo acaecido en ese entonces nos define y nos señala, así lo testimonia esta antología que reúne veinte voces de mujeres poetas de Colombia, Latinoamérica y el resto del mundo que acudieron al XXIII Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté de Córdoba. Allí donde Raúl Gómez Jattin amó cuando fue niño y hoy lo siguen amando para siempre.

Beatriz Vanegas Athías
Floridablanca, octubre de 2017