Reseña

Cuando un ser humano sabe que su muerte está cercana o es declarado como «paciente terminal» sufre un enorme impacto emocional y se desatan en él toda suerte de procesos físicos, sicológicos y síquicos. Por ello, requiere comprensión, honestidad, compañía y atención sin límites de sus familiares y seres queridos. Pero todos aquellos que le rodean también se hallan bajo el profundo efecto de esta noticia. Es un momento difícil para todos en el que normalmente, sin importar las buenas intenciones, se cometen graves errores que lesionan la unidad familiar, acarrean para el paciente un sufrimiento innecesario y convierten la despedida más importante de su vida en un momento de angustia y soledad.

Por ello, después de haber dedicado mucha parte de mi vida a estudiar la muerte y a acompañar en sus últimos días a más de 200 pacientes terminales —ateos o religiosos, de diferentes edades, condiciones socioeconómicas y proveniencias— he querido compartir en este libro sus enseñanzas y mis aprendizajes. Un cúmulo de conocimientos en los que se vislumbra una ruta para acompañar al buen morir y para entender la muerte desde una perspectiva más natural.

Si mis consejos pueden ayudarle a un paciente terminal, a sus familiares, médicos o enfermeras a vivir el proceso de morir de manera serena, tranquila, sin miedo y sin dolor, valió la pena todo el esfuerzo. Cómo no prepararnos para despedir con armonía y discernimiento a esos seres que tanto amamos.