Reseña

Resulta necesario en el siglo xxi plantear reflexiones desde experiencias
investigativas, frente a las nuevas formas de concebir la diversidad en el
contexto educativo contemporáneo; comprender los cambios paradigmáticos de la
educación exige considerar una formación del sujeto “en y para la diversidad”, lo que
implica la necesidad de forjar una educación para la vida, que acepte, respete y aprecie
las diferencias de los sujetos, advirtiendo la necesidad de un cambio en las barreras
sociales, culturales y en la concepción de imaginarios, representaciones sociales y
prácticas discriminatorias que conllevan a la desigualdad y la exclusión en la escuela.
La escuela tiene un valor trascendental y simbólico para todo proceso de cambio,
pues a través de ella se internalizan normas, valores, ideas, aprendizajes y visiones del
mundo que constituyen formas de pensar y actuar de los sujetos. Es por esto que la
escuela funciona como un “dispositivo de reproducción cultural del sistema social”,
de ahí la importancia de promover espacios de discusión para buscar la igualdad y
generar la aceptación de la diferencia. No obstante, esto conlleva a comprender cómo
los sujetos en la relación que establecen con el medio social y escolar crean conceptos,
ideas, creencias, prejuicios y saberes que se transforman en discursos y prácticas
culturales y se transmiten en los diversos grupos.
Ver la sociedad y la escuela como un escenario de diálogo en donde convergen
multiplicidad de imaginarios y representaciones sociales frente a la diferencia, suscita
la reflexión al enmarcar un nuevo ámbito para la interacción social. Es por eso que
en este libro los autores, desde sus experiencias de investigación en el marco de la
práctica investigativa de los programas de licenciatura en educación, confluyen en una
propuesta que da luz a las construcciones sociales que se tejen en pro de la diversidad
y la inclusión en la escuela.