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ISBN 978-958-8905-71-6

Lejanos y solos
Poemas del refugiado

Autor:Marel, Jorge
Colaboradores:Avila Pérez, Alfonso José (Editor Literario)
Avila Bustos, Camilo José (Diseñador)
Editorial:Santa Bárbara Editores E.U.
Materia:861CO - Poesía colombiana
Clasificación Thema::DC - Poesía
Público objetivo:General / adultos
Disponibilidad:Disponible
Estatus en catálogo:Activo
Publicado:2017-02-24
Número de edición:1
Número de páginas:116
Tamaño:18x15cm.
Precio:$42.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español / Castellano

Reseña

Este su más reciente libro Marel, no abandona las íntimas playas de su alma desgarrada y sola, sigue siendo ese mar interior, incesante y obsesivo, pero en su ir y venir escapa por los ojos, por la manos, los sueños y la rabia del poeta, para tornarse ahora un poco más social, más público, más histórico. Nunca turístico. Es un mar que recrimina a otros mares, al Mediterráneo, “deshonor de Europa”, esa “espumosa y triste lápida” de los refugiados del mundo; un mar que es fantasma en Gaza; el mar de la sangres de América, de África y de Europa; el mar de la larga Meditación desolada dedicada al poeta lituano Lubicz Milosz. Es decir, el poeta Marel ha ampliado el universo y la significación de esa ambiciosa metáfora que es el mar en su poesía para hacerla más sentida, más humana, más solidaria, quemante y reclamante. El cuerpo del poema mismo en varias ocasiones en este libro pasa de ser esa reconcentrada semántica del poema breve para convertirse en un verso desatado en largos discursos que siguen soste-niendo, sin embargo, su carga intensional, su persistencia en el sentido, como en los casos de El mundo que haría sin la poesía; Yo pido perdón; Mujer, tengo sed; La agonía; y la maravillosa semblanza del mar, dedicada precisamente a la memoria de Aurelio Arturo. Aparecen en este libro, reinsertados, podríamos decir, un puñado de poemas en los que vuelven el amor y la mujer a tornarse presencias que el mar de la vida trae o devuelve para que, en este nuevo contexto no estén tan “lejanos y solos” en el corazón del poeta. A esta serie pertenecen los titulados Sueño con mujer; Cuando una mujer me ama; Ley de la atracción; Muchacha invisible; Ninguno de los mares del mundo para ti; La flor del baobad; Ella iluminaba; Qué tristeza, amor mío; Luciérnaga; y muy especialmente el poema Bonzos amantes, que registro como un desesperado y hermoso poema de amor en el que el mar de Marel se realiza más allá de su ensimismamiento y soledad tradicionales para hallar la forma ideal de la desaparición: “... Esta noche una mujer y yo vamos a incendiar / junto al mar / nuestros cuerpos / dispuestos los dos / a morir por amor / Mañana temprano / la brisa marina / sobre el rostro gris de la muerte / aventará nuestras cenizas.” Relumbran, como han relumbrado siempre en sus libros pequeñas joyas de asombroso brillo, como en los casos de poemas como El refugiado; Entre música y voces; El caracol (Durante largo tiempo / durante muchos días / y noches / como se hace / en el mar / el caracol / Así debería / cada poema / crearse / en el hondo / corazón del hombre.); o en este otro que le sigue en el libro al anterior: Cada palabra: (Se habla del mar / y es ola / cada palabra / se le ve errar / y caer / solitaria / Deshaciéndose / en la orilla blanca / de la página.) Pero a esos poemas siguen en el libro, conjuntados por esas maneras de elegir las palabras y pensar sus circunstancias, que ya le son muy propias al poeta Marel, otros poemas como El mar y los caballos; Canción de Arthur Rimbaud; El mar del hombre; Lejanos y solos; Soy un abismo; Qué hace un hombre; y Si yo fuera el mar. Son poemas donde está presente ese Marel consubstanciado con la materia marina, que es la materia prima de su agonía semántica, con un tema en el que siempre recomienza. Como el mar. Miguel Iriarte Director de la Biblioteca Piloto del Caribe Escritor colombiano

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