Reseña

Lograr la paz y la convivencia nacional constituye el objetivo fundamental. Así pues es menester que este código sea del estatuto, aceptado y respetado por todos, que asegure la coexistencia civilizada. Por consiguiente debe comprenderse primeramente que el Código Nacional de Policía y Convivencia es un código para Colombia y no meramente para la policía. El ideal sería entonces que el mismo presida el pacifico discurrir de la sociedad y que todos lo acaten sin reserva. Para ello se requiere que interprete los anhelos de los ciudadanos y ofrezca la manera de darles satisfacción. El código no puede terminar siendo un simple catálogo de normas que caigan en desuetud. Necesita ser el obligatorio programa cotidiano para la acción, reguladora de autoridades y administrados. No se trata de producir textos simbólicos sin ninguna efectividad real, que no estén inscritos en la conciencia de los ciudadanos, si no se logra ordenar culturalmente una nación, mediante la concientización o sin obtener la racionalización de los procedimientos para hacerlos viables. No puede abandonarse los objetivos específicos del código a su suerte, confiando solo en el efecto mágico que en nuestro medio suele atribuirse a la ley, o milagroso que se cree que tiene las normas por sí mismas. El Código Nacional de Policía y Convivencia no puede ser la panacea en nuestros problemas. Constituye un programa de orden y de acción esencial para superarnos e impedir que sus disposiciones se infrinjan posterguen o soslayen Gustavo Coronado Pinto