Reseña

“Los Ducros fueron hugonotes -algo que ya los diferenciaba del francés común de la época- y pasaron según parece, de Delfinado a Languedoc (donde sabemos con certeza que se asentaron por lo menos durante un siglo) quizás huyendo de guerras o incendios, según documentos que son sugerentes mas no concluyentes, omitidos en esta investigación limitada a los hechos. “Donde había Ducros había problemas” es una frase que me queda de muchas horas de charlar con Ángel Guerrero. De algunas villas en Cominges, Alto de Garaona, varios de estos descendientes de humildes obreros y tejedoras de lino, emigraron a Murcia, España -la huerta de Europa- teniendo que aprender el español (las actas de defunción de los hombres dan fe de que murieron sin dejar sucesión porque no tenían bienes). De Murcia, pasó Joseph, un despensero oficial de la Armada española y primer varón de la segunda generación nacido en esta localidad, a Cartagena de Indias y a Santa Marta, Nuevo Reino de Granada; sus descendientes serán los que se involucrarán en la defensa de Cartagena de Indias en su famoso Sitio y en la Independencia, fundando un nuevo país, con personajes que fueron casi leyenda como el general José de Dios Ucrós Paredes. Luego, su hijo -nieto del murciano Joseph-, el general que lleva su nombre, José de Dios Ucrós Barranco (quien se hacía cargo con sus hermanos de los negocios del presidente general Tomás Cipriano de Mosquera en Cartagena y Panamá, según sus cartas) pasa tras la Independencia a Bogotá y su primogénito, José Eugenio Ucrós Simo, al Huila -concretamente a Campoalegre, tierra republicana donde se refugió de los realistas el general José Hilario López-, contrayendo Ucrós nupcias, con Matilde Durán, una nieta del prócer Ignacio José Durán Polanco, suegro de Hilario. Este linaje que cobra nueva importancia a partir del s. XIX con personajes como Rafael Ucrós Durán, Antonio Ucrós Cuéllar (científicos); y en el XX con Diego Montaña Cuéllar, Eduardo y Jaime Ucrós García, Clemencia Forero (políticos). En estos más de dos siglos desde la llegada del primer Ducros a N.R.G., el apellido ha cambiado (solo los franceses firman Ducros; en Murcia la descendencia por línea directa firma Beltrán debido a la castellanización de Louis Bertrand Ducros, primer migrante francés, abuelo de Joseph; o De la Cruz, por DuCros, confundido con Du Croix, siendo el nuestro más bien un “De Cruzado” o “De Cruce”); también nos olvidamos en estos dos siglos de hablar francés, y no sabíamos hasta los hallazgos de Ángel Guerrero que teníamos este raigón en la patria de Hugo y de Verlaine. Cuento con un acervo de más de cincuenta cartas de los próceres Ucrós Barranco, y preparo una novela familiar que estaré gustoso de compartirle a todo aquel que me escriba”.