Reseña

Abordamos un conjunto de problemas relacionados con la democracia y la ciudadanía en Colombia, y en el contexto más específico de Cartagena de Indias. En esta labor se articularon dos intereses fundamentales: uno teórico, en el sentido de realizar un análisis crítico de los conceptos de “ciudadanía”, “democracia” y “teoría crítica”; y otro práctico, pues uno de los objetivos de la investigación es que pueda ser estudiada y debatida por los diversos actores sociales que participan de la vida social, cultural y política de la ciudad. Buscamos con esto, generar un espacio de reflexión que contribuya a pensar cómo podemos superar las limitaciones de la cultura política colombiana y las dificultades producidas por la anomia social, la debilidad histórica de nuestras instituciones y por distintos tipos de violencia: directa, estructural, cultural y simbólica, que sobre todo afectan los sectores más vulnerables de la sociedad colombiana. Por otra parte, analizamos cuáles son los factores que inciden y que obstaculizan la consolidación de una democracia sustantiva que no se simplifique en elecciones o procedimientos, o que también impidan la elaboración de formas de sociedad civil diferenciadas y no sólo cohesionadas por representaciones religiosas. En el libro partimos planteando la escisión entre el discurso institucional que afirma que la democracia colombiana es la más antigua de América Latina y la forma como las instituciones públicas y el ciudadano común en Colombia ejercen en las prácticas cotidianas, acciones y comportamientos inconsistentes, contrarios o negadores de los principios y significaciones de una cultura democrática pluralista. Entre dichas prácticas, actitudes y conductas, cabe destacar la utilización permanente de la violencia para resolver las diferencias políticas con el otro, el machismo, el racismo, el odio al diferente, la homofobia y el fanatismo religioso. Si bien es cierto que la promulgación de la Constitución Política de 1991 fue el intentó por construir un proyecto democrático más acorde con las exigencias propias de una sociedad moderna, dicha pretensión se ha visto obstaculizada, entre otros aspectos, por la permanencia del conflicto armado y por las distintas formas de violencia concomitantes con el conflicto social