Reseña

“Cali: que todo el mundo te cante”
En la primera sesión del taller Palabra Mayor se convino, con todos los talleristas, hacer un libro que recogiera la particular sustancia de una evocación: la Cali de nuestra juventud. Así que recordamos para escribir, o quizás, escribimos para recordar. Recobramos en forma de remembranza la explosión del siete de agosto de 1956, los paseos de olla, la rumba, las serenatas, los teatros, las películas mexicanas, los discos de 78 rpm, el son cubano, la salsa y la feria de Cali.
Al cabo se podría temer que los recuerdos hicieran círculo alrededor de lo mismo. Pero no, cada texto logra su perspectiva y su voz, quizás en zonas donde la evocación, la luz del recuerdo y un cierto matiz nostálgico, retocan la época de cuando éramos muchachas y muchachos, valientes y gozones.
Al conjunto de textos testimoniales, se podría haber agregado un subtítulo: “Prohibido para menores de sesenta”. Quisimos mostrar el orgullo por lo vivido y mostrar que no se cambia una buena guerra de trompos o de cometas, por un episodio de “Comando Suicida II”.