Reseña

Un abismo encalla en la mirada, el universo esboza sus secretos en la piel del asombro. Hacia allí, el noctámbulo abre sus ojos, los internos testigos que parpadearon del día sus desleídos trazos. Adentro, el universo susurra su indeleble movimiento, su más plausible lenguaje o la noche ahondándose en galaxias que entrelazan sus actos de estrellas. De repente, una cabellera rasga; es el fértil desvarío de lo intacto, el gameto estelar fecundado al vacío, y en eso, alargando, el caminante concibe el siguiente paso, o el latido de un universo que llama a lejanía. Aquí una mirada habituada a la penumbra, palabras de la vasta noche auscultando el silencio cósmico. (Andrés Bustamante)