Reseña

La posmodernidad propone en el mundo de la
cultura, y por ende en el mundo de la literatura,
obras diversas y dispersas. Quizá sea en la novela
donde evidenciamos en mayor medida estas
presencias disímiles, a tal punto que en su interior
la novela actual fagocita géneros de múltiples
procedencias: textos periodístico, poéticos,
filosóficos o reflexivos, es decir, ensayos, obras de
teatro, imágenes y, en algunos casos, historietas
y otros más.
Podríamos decir, entonces, que el
posmodernismo es una especie de explosión
de géneros, y así el lector –ahora convertido en
usuario– encuentra a veces las obras como un
rompecabezas para montar, un cubo de Rubik
literario, en el que la unidad, la totalidad, deben
ocurrir o manifestarse en la mente del lector.
Son, como diría Cortázar, modelos para armar;
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S I E T E
son una ironía y un juego; otra manera de ver
la realidad y otra manera de proponerle retos
al lector, pues atentan contra la unidad y la
identidad de los géneros.