Reseña

Es un trabajo de poesía compuesto por dos partes, dos momentos. La primera de estas partes contiene
poemas y trazos sobre nuestra guerra. Es una voz que atraviesa el tiempo de ese horror, una voz que
porta a su vez sentires varios: el silencio, el grito, el estallido en la distancia, el crepitar del fuego, el
viento entre las ruinas. Cada poema podría ser el revés de una noticia, la dimensión que se canta y se
cuenta, imposible de alcanzar con la información. En cada imagen, en cada instante, se asoma un
episodio de la guerra. Un sueño, una evocación. Hay una bandera raída, hay un soldado que yace sobre
la arena, hay una mujer que mira el vacío mientras unos hombres le piden perdón. Esta primera parte
podría pensarse como un cuadro vasto y cargado de símbolos trágicos pero también de ilusiones:
sombras, destellos, truenos y cantos de aves.
La segunda parte del trabajo es un recuerdo. Y ese recordar toma la forma de un viaje. Se habla, en ese
ir y venir, de la ocasión que hace al poeta. Del accidente feliz, porque nadie escoge ser poeta. El tono
de estos versos parece, así, más personal, más entrañable. Este viajar en el recuerdo es nada menos que
la búsqueda de esa voz que huye, que salta, que flota, que corre entre las piedras; la voz del poeta,
como una ventisca que barre con las letras impresas en los periódicos, que arrasa con el mutismo
resignado del sujeto que padece la realidad.