Reseña

Existen en América del Sur ‘Puma-Punku’ y también ‘Puma-Cuzco’, legendarias ciudades trazadas sobre la imagen de un puma. Se dice que en el territorio Maya del Petén, uniendo en una línea continua los puntos de asentamiento de distintas ciudades, aparece también la gigantesca figura de un puma. Concepción completamente diferente a la de los europeos sobre la ordenación de territorios, la fundación y el diseño de ciudades, representación en la tierra de imágenes celestes que los antiguos pueblos americanos pretendieron ver en su exploración astronómica.
Los Muiscas fueron un paso más allá, o varios, pues su concepción nace de la primera luz, Mnya, el ‘Dorado refulgente’, que dio origen al mundo, a todo lo que existe, la energía pura. De allí, el transparente mundo de ‘El Dorado’. Nada más lejos del prosaico lugar común difundido desde la intrusión de los bárbaros Quezada, Belalcázar, Federmán y demás. Nada más cerca de las novísimas teorías astrofísicas y cosmológicas que ha elaborado el mundo moderno. Es un enigma que está por descifrar pero es al mismo tiempo un legado que es necesario resguardar antes de que desaparezca dispersado por los vientos de tormenta de ese mismo mundo moderno.