Reseña

Si bien el problema de lo étnico se plantea centrado sobre la cartografía americana, como veremos este es un asunto de la obra de los artistas de todas la latitudes, por eso se postula lo étnico con un valor y no como una presencia impostada, política. Va más allá porque viene del origen.
Este ensayo aborda la problemática en torno a la comprensión de este evento en la relación etnismo y arte, en donde hay necesidad de partir de una primera advertencia en el sentido en que cuando se habla de arte desde ya se hace referencia a una taxonomía, a una estructura y a una estética desde el pensamiento hegemónico que ha difundido la cultura occidental, y cuyas caracterización se hizo más concreta a parir del Renacimiento cuando se eleva la figura del artista con cualidades que se acentúan en la modernidad ligadas a los valores politicoeconómicos.
Pero en este ámbito se resalta cómo el paradigma que sobre el arte y la cultura instauran los renacentistas, ampliado entre los ilustrados hace que en las taxonomías estéticas se realice una configuración de la otredad, vista entonces como alteridad y periferia. Es manera de ver paradigmática y constante desde la cultura está imbricada de un síndrome que aquí se denominará otredista, que tiene sus puntos de inflexión más notorios en Montaigne y Rousseau pero que son desarrollo de una sola acepción de la manera de ver panóptica y que también esclarece a su vez que las oposiciones culturalistas occidentales se mantienen: civilización y barbarie, civilizado-aborigen, culto-popular, etc.