Reseña

No hubiéramos sobrevivido sin la compañía del perro. Lo asombroso de nuestra alianza, es que la parte indispensable entre los dos, es el perro. Sin los humanos, hubiera seguido siendo lobo, pero nosotros sin él, no existiríamos. Nos avisó frente a peligros naturales, fieras, homínidos rivales o tribus enemigas, nos ayudó a cazar. Entre tanta diversidad de presentaciones y tamaños, todos siguen siendo el mismo perro, mejor dicho, el mismo lobo: Canis lupus familiaris. El tercer nombre, (subespecie) fue un acierto: el perro es parte de la familia.

Los lectores descubrirán su ingenuidad, su nobleza y en algunos casos, situaciones jocosas o reflexiones profundas que los conocedores de cada raza sabrán disfrutar y reconocer.






Tomás Estévez.