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ISBN 978-958-58885-5-5

Tributo al Porro

Autor:Grupo Editado S.A.S
Editorial:Grupo Editado S.A.S
Materia:306 - Cultura e instituciones
Publicado:2016-04-01
Número de edición:1
Número de páginas:156
Tamaño:29,5x22.0cm.
Encuadernación:Tapa dura o cartoné
Soporte:Impreso
Idioma:Español / Castellano

Reseña

Conscientes de que en el DLE tienen cabida solamente los términos de mayor universalidad, el Grupo Editorial Meridiano, promotor de esta solicitud, editó la revista adjunta, en la que historiadores, folcloristas y comunicadores condensan la historia del porro, que se remonta al siglo XIX, cuando aparecieron las primeras composiciones y las primeras bandas. En su origen, el porro es un género musical mestizo, que incluye instrumentos melódicos europeos, como el bombardino, la trompeta y el clarinete, traídos por músicos españoles, e instrumentos africanos, como redoblante, bombo y platillos, que se mezclan en una sola melodía, para exaltar la belleza de nuestros paisajes o la picardía de nuestras parejas.

En los pueblos y en los campos de las sabanas de Córdoba, Sucre y el sur de Bolívar se canta para arriar el ganado, para labrar la tierra, para sembrarla y para recoger la cosecha; se canta para espantar las penas, se canta para enamorar y se canta para rezar. De ese canto continuo y colectivo salen las melodías que interpretan las bandas clásicas de dieciocho músicos o los maestros del silbido y la hoja de laurel. Unas melodías se improvisan; otras se escriben sobre el pentagrama para que tomen forma en la guitarra, el acordeón o la orquesta sinfónica.

El Festival del Porro de San Pelayo, que reúne en junio o julio de cada año a las bandas de la región, agrupa durante cuatro días el mayor número imaginable de músicos, que cada alborada, a las cinco de la mañana, toca al unísono sobre la misma tarima. Un María Barilla interpretada por más de mil músicos constituye un concierto público descomunal, capaz de mover las agujas de Richter y de provocar el baile espontáneo y cadencioso a un público con frecuencia llegado de lejanas tierras.

El porro ha crecido constantemente a lo largo de sus dos siglos de existencia, hacia adentro, hasta convertirse en emblema principal de la cultura sabanera de la costa caribe, y hacia afuera para conquistar con su ritmo embrujador, que invita al baile de manera indeclinable, hasta conquistar en el siglo XX a Colombia entera, incluida la fría capital, que recibió como uno de los suyos a Lucho Bermúdez y a Pacho Galán, dos de los más universales cultores de este ritmo. El porro fue grabado por primera vez en XXXX, lo interpretó en Cuba la Sonora Matancera y en Venezuela la Billo’s Caracas Boys, lo aplaudieron en años recientes en las principales ciudades españolas cantado por Agalé Caraballo, y lo han bailado en el mundo entero oyendo San Fernando o Carmen de Bolívar, en la voz de Matilde Díaz.

En el año 2014 tuvo lugar en Nueva York el estreno mundial de la película Porro hecho en Colombia, un documental de largo metraje, con la asesoría de Ciro Guerra, nominado al Óscar 2016, en el que Adriana Lucía investiga ante las cámaras el origen del porro, enseña la geografía del ritmo, interactúa con los nativos del género musical y lo baila, lo canta y lo vive de forma auténtica y conmovedora.

Nadie ha contado el número los porros compuestos a lo largo de dos siglos, pero se sabe que Lucho Bermúdez compuso más de mil, que cada banda de cada pueblo, de cada corregimiento y de cada esquina de Córdoba, Sucre y Bolívar tiene su propio repertorio de más de un centenar de temas y que la sola Big Band, de Juancho Torres, ha grabado 750 porros. ¡Quién no ha escuchado y se ha movido al ritmo de Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla, u otros porros universales como Me voy pa La Habana, Bésame morenita, Salsipuedes,Momposina, El mochilón o Mi cafetal…!

Del porro derivan otros ritmos, como el vallenato, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el 2015, y exaltado por grandes de las letras como Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, y a su vez de este ritmo hoy mundialmente aclamado deriva la música carranguera, máxima expresión musical de los campesinos del interior de Colombia.

La apertura del Festival de Teatro de Bogotá 2014 se hizo con el musical María Barilla, en homenaje a la más representativa bailadora de porro. A este ritmo está dedicada también la obra Danza de redención, la tercera y más extensa novela de la trilogía sobre música latinoamericana, del escritor David Sánchez Juliao, que sigue a Pero sigo siendo el rey, sobre la ranchera, y a Mi sangre aunque plebeya, sobre al bolero. También al porro está dedicada La luz de mis ojos, la más reciente producción audiovisual del aclamado director de cine y televisión Jorge Alí Triana, Premio Vida y Obra en el Festival de Cine de Cartagena de Indias 2016.

Dada, pues, la historia, importancia y trascendencia de este ritmo, rogamos a usted considerar nuestra petición, que para quienes firmamos, para el pueblo sabanero, para la gran mayoría de colombianos, para gente que en el mundo entero ama nuestro folclor y para la numerosa comunidad dedicada hoy a la industria de la música, tenga esa referencia lexicográfica precisa en el más consultado diccionario de nuestra lengua común.

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