La Hendidura del Alma
Autor: | Casas Figueroa, María Teresa |
La Hendidura del Alma
María Teresa Casas Figueroa
Para vivir hay que dar la vida.
Mis pisadas se sueltan de las huellas
al caminar las rutas
se hacen sombras mis pensamientos
ni la gravedad me atrae;
el suelo es como roca desnuda
hiere mis sentidos
se humedecen mis plantas sangrando
como la tierra en Eritrea cuando llega la lluvia
y se evapora en un segundo
así es mi vida,
vacía como en sequía mental.
María Teresa Casas F
Dedicatoria
para los que ya no están:
Amor Callado
que entre nubes se duerme,
un abrazo infinito
perdura en la memoria
así es tu recuerdo
en mi existencia.
Asciendes y observas,
caminamos solos,
la sombra de tu ser
nos resguarda cada instante,
vives cada segundo con nosotros
en la eternidad divina.
María Teresa Casas F
LAS HUELLAS DEL ALMA
El alma sola camina, se sostiene. El alma es ruta interminable de infinitos rumbos entre los sonidos de los amaneceres y los atardeceres. El alma se recrea entre imágenes, colores y esencias.
Anda por estelas cristalinas como agua de riachuelo, camina en distancias y se estaciona en recuerdos. El alma toca la distancia se deja llevar en la lejanía y finaliza las ausencias, acorta los desiertos, permite vivir los instantes en libertad, se adentra en ti, te observa, roza tu piel y te ama más.
El alma en la noche mira tu imagen, acaricia tus huellas, entrelaza palabras, extiende sus alas y abraza tu ser. Lentamente dormita en ti, se estaciona en el infinito de tus ojos.
Alma llora en silencio desnuda la tristeza, destierra los latidos, finaliza los delirios, consuela las penas, calma las entrañas del viento frio de madrugada; humedece el alma su esencia de gotas de rocío, esconde las sombras en las nubes brumosas y termina los abismos.
A veces la vida es un lugar sin destino, quieres hablar, nadie está. Respirar es un suplicio, la vida sucumbe la mente te encarcela.
Siente la lluvia, déjate abrazar, no te extingas, sal del abismo. Dadle el espacio al alma, la madrugada se derrite, irisa los campos, encumbra el cénit, ondea su libertad en tiempo detenido, mira entre las nubes el sol se detiene, grandes argumentos se adueñan de los momentos con secretos felices y el alma se define entre el cielo y el mar y se enclava entre siglos en infinitos valles.
Las pupilas te distinguen el alma llora de felicidad por tu cercanía, se deleita con tu sensibilidad, trasciende por la vida vestida de amor, nutre los sentidos de tiempos, de hermosa profundidad, con sutileza resurges invisible, estás y habitas.
La historia es un tiempo, una palabra, un pensamiento, una sonrisa o podría ser un sueño que se duerme en la ausencia. Instante de silencio que serena el alma, quietud que ensancha mi relación con Dios e invade mi ser. Me llenas de ti, le hablas a mi corazón en tiempo indefinido, en la distancia que no toco en las huellas de mi alma.
El alma en el ser está siempre guiada por nuestra vida y por Dios. Le permite al ser trascender por sí mismo dándole el significado a la vida. El alma es una realidad (forma) intangible. Es esencia del todo.
La hendidura del alma, como abismo del ser, es un entendimiento que se fundamenta en el que el ser afronta la realidad, hay que hacer una apertura donde se confronte con vacíos del ser.
LA HENDIDURA DEL ALMA
Esa hendidura se entiende cuando la esencia del ser retrospectivamente a través de los pensamientos y el sentido común le permiten razonar y concebir, sanar su mente y su corazón.
Está escrito
en el tiempo definido
en la distancia de los sueños
en las huellas de mi alma.
Marzo 20 2015
La tormenta como hielo se impregna en la piel, se ahonda en el cerebro y puede ser destructiva, si el ser tiene bases de fortaleza como una roca (grandeza) se sostiene ante cualquier situación, el ser es poseedor de mucha sensibilidad y gran equilibrio emocional y le corresponde decidir inteligentemente para cerrar la hendidura en su alma con perseverancia.
Un ser que no pierde sus valores y ensancha su corazón, tiene más sensibilidad hacia los demás seres, de convertirse en un hombre firme, borra sombras y olvida tormentas.
Entre mis brazos
mis manos abiertas
te quieren alcanzar
no tengo tu mirada
no estás aquí
te llevaste mi inspiración
existe solo el recuerdo de tu mirada
en mi existencia solitaria.
María Teresa Casas Figueroa