Reseña

Las visitas de siempre obliga al lector a hacer un camino: el que traza la escritura de Carlos Aldazábal, como siempre hace la poesía verdadera, entre la oscuridad y la luz, lo Las visitas de siempre obliga al lector a hacer un camino: el que traza la escritura de Carlos Aldazábal, como siempre hace la poesía verdadera, entre la oscuridad y la luz, lo íntimo y lo público, lo mítico y lo histórico. Bajo este título, jalonados por la música y las imágenes reverberantes que no ocultan que el poeta alguna vez quiso "ser como Quevedo", van apareciendo la infancia, la muerte, el origen, el amor con sus diversos nombres, el miedo, la literatura como un destino. Todo con palabras que luchan contra la domesticación de la lengua, que buscan una conexión íntima entre el que las pronuncia y el tiempo que le tocó vivir. Piedad Bonnett Lecturas Los muertos más queridos. Los muertos que escribieron epitafios. Las visitas de siempre.