Amor, Romanticismo, Sexo y el Deterioro de la vida Tomo I
Autor: | Crissien Samper, Eduardo Alfonso |
El escrito que presenta hoy el paciente trasplantado que se ha convertido en amigo mío y de mi prole, sin esperarlo por gratitud me ha pedido escribir lo que yo no sé. Pero por lo poco que lo conozco, he aprendido que su humor a veces es saludable y otras negro, pero que siempre está entre lo serio y lo gracioso, con deseos de que todos nos riamos de ello. Él al presentar esta nueva obra muestra como la relación de pareja transciende entre lo bonito y lo morboso, siendo lo bonito aquello que establece la sociedad y lo morboso lo que está en el pensamiento de cada ser humano, sin olvidar la picardía que cada uno pone para sentir la sexualidad más intensa, aunque pasen los años esta última siempre se lleva en el pensamiento y con ella se muere, porque los años no mueren, antes por el contrario se encandila la flor oculta y el deseo se vuelve morboso. Así como con los “amigos” ya muertos, con los que entre la oscuridad y la claridad se decide el jugueteo pero que terminó allí antes de que falleciera, son amigos que encuentras en el camino con el que tienes varias relaciones, pero que terminan sin enamorarte, pero si con el deseo de seguir teniendo esa “relación” conociendo de él “que será de su vida, como estará” y que te sirven como amigo, porque son serviciales y te ayudan en tú soledad. Porque para enamorase después de los 40 es difícil, las exigencias se convierten en parámetros de vida y para no enamorarse tienes que tener madurez y claridad de lo que quieres y hasta dónde vas a llegar, sin perder el horizonte de la vida, de la vida “alegre”. En fin el autor se encariña con estos escritos y los hace parte de su mundo y del de “otros” los que lo leen disfrutando de su verdad envuelta en la realidad jocosa. Hoy que nos entrega este nuevo libro disfrutemos su lectura con alegría y demos gracias a Dios por la habilidad que puso en este hombre para escribir y por haberlo conocido en medio de su estado de salud, por lo cual no perdió su jocosidad. LUZ MERY DUEÑAS ALUMA