Reseña

PRÓLOGO


El rito de la danza es tan antiguo como el hombre mismo. Primero en las cavernas como ejercicio de exultación, luego como preparación de la guerra, como antecedente de la batalla y después como alabanza a los dioses. Corridos los siglos, aclimatadas las civilizaciones, estas tomaron las danzas como fiesta y jolgorio, como exaltación del amor y como un signo de unidad entre los pueblos.

Hoy la danza es tan importante para las naciones como la música, pues en la plástica de los cuerpos que logran sincronías de misterio, queda la belleza que generan las líneas humanas. La danza da dimensión a la raza, muestra la perfección de la figura y la fuerza del músculo para lograr plasticidad.

En Anserma desde la celebración de los 450 años de fundación de la ciudad en 1989, se institucionalizó el Encuentro Regional de Danzas, un evento que convoca agrupaciones de los municipios de Caldas, Quindío y Risaralda creciendo año tras año en la cantidad de colectivos y en la calidad del espectáculo. Un certamen multicolor que embelesa a raizales y a visitantes, pues las calles se colman del colorido movimiento que da al amplio escenario urbano una luminosa armonía.

Anserma es epicentro de una vasta región que convoca gentes de varias culturas, pues el sitio mismo fue centro de gobierno de la nación de los Ansermas; fue fundada por hispanos y tuvo encomenderos con sus respectivos grupos de esclavos. Allí se generó por lógica un fuerte mestizaje que se irradió por toda la provincia, y en épocas más recientes desde su centro poblado salieron grupos de colonizadores que dieron forma a nuevas poblaciones. Una colonización tardía fundó los pueblos más jóvenes de Caldas y Risaralda que demoran en las vertientes de la cordillera occidental sobre la cuenca del río Risaralda.

El Encuentro Regional de Danzas es un cruce de identidades, un trabajo que la juventud realiza para solazarse, para convocar al arte, para mostrar como existe hermandad entre nuestros pueblos y cómo podemos confrontarnos para competir y dar lustre al trabajo. Todas las manifestaciones de la danza andina colombiana se exponen y entre el colorido de los vestuarios, los pasos y los gestos descifran el enigma que cargan los espíritus. El pueblo raso avanza danzando por las largas calles de nuestra ciudad, y miles y miles de ansermeños colman las aceras y los viejos balcones y ventanales para disfrutar de una juventud que ha escogido el arte como forma de vida llevando entre sus pechos la bandera y el himno de cada municipio.

Bambucos, pasillos, torbellinos, marchas, al ritmo de conjuntos musicales de cuerda, de chirimías indígenas, de agrupaciones dotadas de novedoso instrumental, de acompañamientos diversos, inundan la ciudad para liberar los espíritus, y las plazas y calles desbordan alegría, los lazos de amistad unen los pueblos y una juventud enriquecida por la nueva experiencia regresa a su pueblo a contar el grato encuentro con muchachos de su edad que recorren el mundo haciendo de su plasticidad y de su amor por la música y la danza el nuevo lenguaje de la paz.

Esta publicación recoge en unas notas sobre la historia del proceso y en una gama de fotografías, la historia ya larga del Encuentro Regional de Danzas de Anserma, un certamen posicionado en el Gran Caldas, pues hemos abierto las puertas a muchas expresiones dancísticas y logrado crear una confraternidad en torno a los bailes nacionales. El desfile central del encuentro muestra la diversidad nacional, refleja la patria, exalta a una juventud que cree en los valores tradicionales y de frente dice no a la invasión de lo extraño.

Estas memorias testimonian muchos esfuerzos, principalmente de los jóvenes que dejan de lado lo que les ofrece la vida moderna para internarse en el bello camino de la identidad regional, que es a la vez, la de Colombia. Los otros esfuerzos son los de quienes organizan en cada municipio, los directores de grupo y desde luego las entidades oficiales y particulares que apoyan esta bella aventura de conquistar un sueño al ritmo de los pasos y la música.


Martha Cecilia Restrepo Ocampo