Reseña

A principios del año 1741, Cartagena de Indias se encontraba fuertemente custodiada, con los refuerzos que habían llegado con el virrey Eslava en abril de 1740, y con la fuerte escuadra del teniente general don Rodrigo de Torres que arribó a la Ciudad el 23 de octubre del mismo año. En noviembre arribaría a la isla de Santo Domingo el marqués D’Antin con 10 navíos y sería reforzado con la escuadra de Tolón. Las flotas españolas y francesas tenían instrucciones de sus Cortes para actuar juntas o separadamente contra los ingleses; pero las tripulaciones, tanto españolas como francesas, se encontraban afectadas por enfermedades. En Cartagena de Indias el considerable número de hombres sofocaba
finanzas y provisiones.
Los franceses instaron por la unión con la escuadra de don Rodrigo de Torres, antes del arribo de la descomunal flota inglesa que venía a reforzar al almirante Vernon, la cual estaba camino a Jamaica. Pero la vital unión de las flotas franco-españolas, no se llevaría a cabo
por diversas causas. Los ingleses entrarían al Caribe sin oposición, los franceses se retirarían a Europa y don Rodrigo de Torres dejaría a Cartagena de Indias rumbo a La Habana.
El 13 de marzo de 1741 se avistarían en el horizonte de Cartagena de Indias, las primeras velas británicas, las que encontrarán en la entrada de Bocachica, el más singular plan de defensa diseñado por don Blas de Lezo, el cual, por la magnífica disposición estratégica
de sus navíos, los ingleses afirmarían “La posición en que el enemigo había dispuesto sus navíos, fue más allá de toda duda la más ventajosa, que podría haber concebido hombre alguno”.