Reseña

Cuando algún interlocutor le sugirió a José Saramago que realizará más ejercicio físico y él le respondió que lo haría cuando los atletas leyeran más, se reveló una suerte de polarización surgida de un sarcasmo que toca las entrañas de la división del trabajo. Pero es sólo eso, una respuesta sarcástica, pues ambas actividades son compatibles. En este libro se ofrecen los testimonios de ocho corredores no competitivos de carreras de largo aliento, pero muy competentes en lo que cada uno hace en el periodismo y en la literatura, en el derecho, y en la economía o en la administración de empresas, entre otras disciplinas, personas que además de correr y leer, piensan y escriben. En 21k Relatos al autor anticipó ciertos eventos nacionales y buena parte del contenido que ahora se presenta. La reelección de Santos, la delincuencia galopante y en alguna medida la crisis de la justicia, la debacle política de algunos candidatos a la Alcaldía de Bogotá y, por supuesto, su desafío vital: correr una maratón. Lo que no consiguió anticipar fue lo duro de los últimos kilómetros y la necesidad de un acompañamiento solidario en ese tramo que, tal como ocurre con los últimos capítulos de este libro, lo encontró en siete amigos de la Argentina, el Japón y Colombia, que de una u otra manera lo acompañan en tal esfuerzo. 42k Maratón de Palabras ha sido escrito para estimular al lector a correr y disfrutar las carreras de largo aliento, pero también para criticar y ser criticados. Es una invitación a participar activamente en ese tipo de carreras deponiendo el espíritu competitivo en aras de ser felices y sentirse libres, pero también para vincularse a la carrera por la paz que se inicia en Colombia, sin ahorrar ningún tipo de esfuerzo.