Reseña

Escribir este libro es un sueño cumplido; desde el mismo momento que falleció Lulio, sabía que personalmente debía hacer algo que condensara su trascendencia por este mundo, fue una persona tan especial que sería injusto y hasta egoísta, de cierto modo, que nuestras descendencias no conocieran quien era este personaje, su especial forma de ser, de ver la vida, definitivamente, un verdadero líder asertivo.

Muchas personas dicen que de la teoría la practica existe un inmenso trecho; personalmente considero que cuando se tiene la voluntad de hacer el bien, de gestionar y ayudar a los más necesitados ese inmenso trecho se reduce a nada, bien es el caso de Lulio González Ramírez, el Ñía como le decíamos con cariño quienes nos consideramos su amigo; para mí, fue más que amigo, un segundo padre, quien después del mío, me ofreció consejos, vivencias, enseñanzas y el aprender a ser amigo fueron algunas de las cosas valiosas que me dejó, siempre lo recordaré con nostalgia y hoy más que nunca porque con su forma de vida plasmada en este libro, puedo demostrarle al mundo que de la teoría se puede pasar a la práctica solamente con la voluntad de hacer las cosas bien.

Esta historia nos muestra la vida y obra de un ser humano como todos nosotros que nunca leyó el libro “El Líder Asertivo”, autoría de quien les escribe, pero que a través de su vida reprodujo cada uno de los seis capitulo contenidos en esa obra como si los hubiera leído y puesto en práctica a la perfección del autor.

Estoy seguro que me faltaran pasajes de la vida de Lulio o me abre equivocado en la representación de algunos de sus amigos, pero bueno… lo importante es que cada uno de nosotros estemos incorporados en esta historia, porque espero lograr el objetivo; independientemente de narrar la vida de un gran personaje, quisiera dejar en el interior de cada uno de los lectores de esta obra, un ejemplo de vida a seguir, porque al final lo importante es cumplir con la labor social que el todopoderoso nos encomendó, como estoy seguro lo cumplió nuestro protagonista, también espero que sirva para que la historia amena de una persona que le sirvió a un pueblo y que en vida, no fuimos capaces de reconocérselo, no suceda lo mismo con tantos personajes a nivel mundial que tienen iguales o superiores cualidades a las que tuvo Lulio, para quien hoy, únicamente espero que Dios lo tenga en el cielo como se lo merece, después de haber pasado por este mundo liderando asertivamente la vida de muchos que como yo tratamos de emularlo para ser mejores personas día a día y sólo me resta decir:

- Gracias Lulio.