Ruido: Inventario de músicas en Medellín
Autores: | Jaramillo-Morales, Juan Diego Jaramillo-Escobar, Lukas |
Germán -de Back- define la función de la música como la “de generar catarsis, de
exorcizar, de purificar, de remover cosas, de ecualizar a la gente.”
“Es lo más inmediato” y “una manera de vincularse con la gente a través de la soledad
de cada uno” –nos dice Fabio Garrido de Frankie Ha Muerto.
“La música es un núcleo, todo tiene música, todo gira en torno a ella; conjunto de
sonidos (...)” –Dicen en El Faro.
Masa de fuegos -dice Rulaz Plazco hablando del Hip-hop-; “esa bolsa-masa, ese plan
fusión.”
“La música es el último espacio íntimo que yo tengo”, es “donde me encuentro”;
“es como estar en la placenta de la madre”, “es lo que representa la sangre para mi
cuerpo” –dicen los músicos de Afrosound.
Músicos en Medellín dicen frecuentemente que la música es la vida. Dicen que la
música tiene la facultad de revivir lo que está muerto y se atreven a definir la música
como su religión. También empiezan muchos hablando de su sustento, una empresa
o una industria, pero finalmente hay algo -en el fondo- desbordado de las lógicas que
dicta el mercado y hasta el profesionalismo: urgencia.
La definición de la música se amplía y se vuelve altisonante en los músicos aquí
entrevistados como refugio y escape. Hay una urgencia mayor en hacer música que
en “ganarse la vida”. Una urgencia disfuncional -o impráctica- se hace mayor que las
necesidades.
Este libro es un recorrido por la ciudad -como espacio- que motiva sonidos y atraviesa
la mirada del músico; una reflexión de Medellín como plaza (audiencia y reglas de
juego para ganarse la vida); pero, sobre todo, son preguntas (a medio responder) por
los lugares que crean los músicos -como sonidos para habitar y ficciones para recorrer
las propias horas- y desde ahí un tacto a las ranuras (deseos y dolores) de los que
hacen la música.