Reseña

Cuando te vi volar mis ojos impuro se desbordaban, igual que el Cocuelo esto es tan inaudito, aun no sé porque germina las lágrimas, se bate en el valle del olvido, en el edén de mis pupilas te anclaste como hierba solitaria y volaste como las garzas en los playones quedando ceñido en la ínsula de mi mirada. Sentía que se me arrugaba la energía del dolor, pero me agarre del pulmón y así sobreviví, aunque pensaba eras un sueño bello que floreció en el corazón. Pero se murió en la senda del ocaso. aun así seré feliz como las flores de la primavera, por eso en mi castillo morará un delfín señuelo que ilumine mi realidad con su presencia y armonice mi cosmos, con su voz y lo llene de felicidad hasta la eternidad y que conozca su forma de amar, sea tan sencillo, humilde como la finas hierbas de la artemisa.