Reseña

ESTE TIEMPO QUE HABITA MI CUERPO.

Este tiempo que habita mi cuerpo guarda en sus pliegues mi mar de la gestación, mi ombligo cósmico, mis recorridos anuales alrededor del sol, mis ensayos de vuelo, las sombras de mis noches, pero sobre todo, las luces del camino que me han llevado a descubrirte como el eje sobre el cual gira mi vida.

Este tiempo es solo un recuerdo, una memoria de mis días, una estrella fugaz que rasga la noche buscando el final, un lugar oscuro para volver a comenzar en otra dimensión. La única realidad de este tiempo que habita mi cuerpo soy yo, único e inconfundible, frágil pero a la vez fuerte, visible pero también invisible.

Este tiempo que habita mi cuerpo es un gran agujero negro que ha ido disolviendo mi existencia física en busca de otra galaxia, de un tiempo sin final donde habita la energía infinita, donde espacio y tiempo son una misma realidad.

Si me preguntas por este tiempo tendré que decirte que lo llevo entre mis manos y que sale por mis dedos como un haz de luz radiante porque aunque es mío no me pertenece, huye de mí, desborda mis límites físicos y habita en la expansión del universo y mientras más quiero retenerlo y hacerlo mío, pasa con más prisa.

Hay que dejarlo que siga su camino sin intentar controlarlo o manipularlo, para que la herida que deja en nuestra existencia, sea cada vez menos profunda.