Reseña

La ternura en la fábula y la poesía presentan la calidad de la escritura frente a los sentimientos, la abreviación y la concreción logra en ellas la belleza de la imagen.

Ligia Acevedo, AMALI como seudónimo, inicia su tarea de escribir para publicar, luego de pensionarse de la Rama Judicial del Poder Público. No es escaso encontrar en esa área a veces dolorosa por los problemas que le competen, funcionarios que hagan arte o que lo admiren.

Es muy loable el trabajo que aquí se presenta, ella está en efervescencia de producción, ha guardado las más bellas sensaciones y vivencias muchos años, ahora las presenta frescas y hermosas para nuestro deleite, como en su fábula.

“Bola de Lanas” la historia “Era una Motita de algodón color café en leche, en la cual resaltaban brillantes y enormes un par de ojos, que semejaban bombillitas encendidas y hechizantes”.

En su “Caballito de Madera”... se ve que juegan las hadas con sus pinceles de viento.

O en el diálogo de la vaca y el tigre:/El tigre dijo a la vaca: ¡Me servirás de sustento!! /Y la vaca contestó: Ni me hagas el intento!! Tú tienes grandes las fauces y yo...¡Qué fieros los cuernos!.../ “No temes a mis colmillos, a mis garras, a mis dientes?, !Y la vaca respondió: Más te valdría no andar alborotando avisperos”...

En “El sapo y la estrella” “... Y, le adornó su sombrero!, con una de las estrellas...”

Y así en cada fábula o poema encuentra la belleza de la palabra con la cual recrea los hechos.

Se me olvidaba contar que es cantautora con una voz de tonalidad hermosa, también es intérprete, ha grabado discos de sentido estético, limpias y armónicas notas.

Este libro breve de cuentos y poemas no es en estos cinco años su única producción que ha ganado premios internacionales.

Qué alegría se siente al ver que en una época de la vida en que muchos hombres y mujeres se apagan porque ya no tienen que hacer, como el diario trabajo en su oficio o una profesión, Ligia Acevedo esté dando de esa calidad que tenía dentro y nos la presenta en sus creaciones publicadas en su voz.

Dorian Hoyos Parra