ColombiaColombia
Detalle
ISBN 978-958-46-2057-6

Historia de Fe
Parroquia de Nuestra Señora del Pilar

Autor:Sánchez Carmona, Javier
Editorial:Sánchez Carmona, Javier
Materia:864CO - Ensayos colombianos
Publicado:2013-03-20
Número de edición:1
Número de páginas:124
Tamaño:22 cms.x14.0 cms.cm.
Precio:$20.000
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

CONTENIDO


Prólogo…………………………………………………………
Introducción…………………………………………………… 4
1. Nuestra Señora del Pilar………………………………….. 5
1.1 El Apóstol Santiago en España………………………… 5
1.2 Aparición de la Virgen María…………………………… 6
1.3 Liturgia Eucarística del Pilar………………………….... 8
2. Antecedentes de nuestra Parroquia……………………. 9
2.1 Monseñor Alfonso de los Ríos Cock………………….. 9
2.2 Espacio para nuestra Parroquia……………………….. 13
2.3 “Este mundo es un pañuelo”…………………………… 16
2.4 La avalancha de 1965………………………………….. 18
2.5 Barrio Villa Pilar…………………………………………. 18
3. Parroquia de Nuestra Señora del Pilar.……………….. 20
3.1. El viejo Zacatín………………………………………… 20
4. Decreto 137 del 20 de diciembre de 1979…………. 24
5. PÁRROCOS……………………………………………… 28
5.1 MONSEÑOR JOSÉ DUVÁN ISAZA BOTERO……. 28
5.2 PRESBÍTERO JORGE HENAO GÓMEZ…………… 29
5.3 PRESBÍTERO ANTONIO NIETO ARIAS…………… 30
5.4 PRESBÍTERO JOSÉ PABLO ESCOBAR SÁENZ…. 35
5.5 PRESBÍTERO PEDRO NEL ALZATE GIRALDO….. 38
5.5.1 CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO ………………… 41
5.6 PRESBÍTERO HORACIO GÓMEZ OROZCO. . . . . . 48
5.7 PERBÍTERO JORGE ELIUTH LÓPEZ HERNÁNDEZ. 57
5.8 PRESBÍTERO HÉCTOR HERNÁN RAMÍREZ RÍOS… 58
5.8.1 Pastoral Social…………………………………………. 58
5.8.2 Hogar de Paso………………………………………….. 59
6. LOS GRANDES COLABORADORES…………………. 62
6.1 MONSEÑOR GONZALO RESTREPO RESTREPO..… 62
6.2 Monseñor Tulio Duque Gutiérrez ……………..…….. 63
6.3 PREBÍTERO JOSE DUBEL LONDOÑO RÍOS………. 65
6.4 DIÁCONO JAVIER ARISTIZÁBAL ARISTIZÁBAL…. 67
6.5 Doctor Ramón Correa ……………………………….. 67
6.6 Doña Lina Patricia Velásquez Henao...……….. 68
6.7 Doña Colombia Mejía de Jiménez………………… 69
6.6 Doña Aracelly Soto ……………………………………. 70
7. ACTIVIDAD PARROQUIAL……………………………. 72
Himno a Nuestra Señora del Pilar……………………. 80


Gonzalo Restrepo Restrepo
Arzobispo de Manizales

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Javier Sánchez Carmona



PRESENTACIÓN

CON INMENSO CARIÑO Y GRATITUD PARA CON SU AUTOR EL MUY QUERIDO Y RECONOCIDO POR TODOS LOS FELIGRESES DE LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, ME ATREVO A ESCRBIR UNAS CUANTAS LÍNEAS DE PRESENTACIÓN DE ESTE MARAVILOOSO Y LOABLE ESFUERZO POR PRESENTAR UNA MUY DIGNA, SUSCINTA Y CLARÍSIMA HISTORIA DE ESTA QUERIDA COMUNIDAD PARROQUIAL.
EN SUS PÁGINAS SE ENCUENTRA EL RECUENTO HISTÓRICO DE QUIEN HA QUERIDO PLASMAR EN ELLAS NO SÓLO LOS ACONTECIMIENTOS SUCEDIDOS Y LAS PERSONAS QUE LOS HICIERON POSIBLES, SINO EL AMOR QUE HA HECHO POSIBLE ESTA OBRA DE IGLESIA Y QUE SE HA COMUNICADO A MUCHAS PERSONAS A TRAVES DE LOS TIEMPOS, DESDE SU CREACIÓN EL 12 DE DICIEMBRE DE 1980 POR MONS. JOSÉ DE JESÚS PIMIENTO.
MI QUERIDO LECTOR AQUÍ ENCONTRARÁS, DE MANERA AMENA Y EXPLÍCITA Y CON UN SENTIDO ANECDÓTICO ÁGIL, LITERARIO Y MUY FAMILIAR, EL PASO DE LOS AÑOS Y SUS PRINCIPALES ACONTECERES EN RELACIÓN CON ESTE NUESTRO HOGAR DE FE Y NUESTRO NIDO DE HERMANOS EN EL SEÑOR: LA PARROQUIA NUESTRA SEÑOR DEL PILAR.
SI QUIERES RECORDAR MUCHAS COSAS DE SUS PÁRROCOS, DESDE EL PRIMERO HASTA EL ACTUAL, PODRÁS RECORRER LAS PÁGINAS DE ESTA OBRA Y CON ALEGRÍA, ILUSIÓN Y ASENTIMIENTO LLENO DE GRATITUD PODRÁS IR LEYENDO LO QUE SE REFIERE A LOS MUY DISTINGUIDOS PÁRROCOS, EN SU ORDEN: MONS. DUVÁN ESAZA BOTERO, PADRE JORGE HENAO GÓMEZ (Murió el 18 de enero de 1996), PADRE ANTONIO NIETO ARIAS, PADRE JOSÉ PABLO ESCOBAR SAÉNZ, PADRE PEDRO NEL ALZATE GIRALDO, PADRE HORACO GÓMEZ OROZCO, PADRE JORGE ELIUTH LÓPEZ HERNÁNDEZ Y EL ACTUAL PARROCO PADRE HÉCTOR HERNÁN RAMÍREZ RÍOS.
NO PODEMOS OLVIDAR AL MUY QUERIDO Y RECONOCIDO PADRE JOSE DUBEL LONDOÑO RÍOS QUIEN HA ESTADO AL LADO DE LOS ÚLTIMOS PÁRROCOS COMO COLABORADOR ASIDUO Y COMO FARO ESPIRITUAL DE LA PARROQUIA. LO MISMO VALE DECIR DEL DIÁCONO PERMANENTE JAVIER ARISTIZÁBAL ARISITZÁBAL Y DE MUCHOS LAICOS QUE HAN DADO SU VIDA Y HAN COLOCADO TODO SU ESFUERZO EN BIEN DE ESTA QUERIDA COMUNIDAD PARROQUIAL, ENTRE LOS CUALES, EL AUTOR DESTACA LOS SIGUIENTES: DOCTOR RAMON CORREA, DOÑA LINA PATRICIA VELÁSQUEZ HENAO, DOÑA COLOMBIA MEJÍA DE JIMÉNEZ Y DONA ARACELLY SOTO.
TAMBIÉN ENCONTRARAS AQUÍ, QUERIDO LECTOR, UNAS PÁGINAS HERMOSAS SOBRE CÓMO NACIÓ LA PARROQUIA, CUÁLES FUERON SUS ORÍGENES Y CUÁLES SUS PRIMEROS PADRINOS, COMO TODA OBRA DE DIOS QUE SE VALE DE INSTRUMENTOS VALIOSÍSIMOS QUE TRABAJAN SÓLO CON EL AFAN DE DIFUNDIR EL REMO DE DIOS. ADEMÁS, EN SUS PÁGINAS SE ENCUENTRA El RECUENTO DE LAS PRINCIPALES OBRAS DE ESPIRITUALIDAD Y DE ACCIÓN PASTORAL Y EVANGELIZADORA QUE SE HAN REALIZADO EN LA PARROQUIA Y QUE EN LA ACTUALIDAD CONSTITUYEN TODA LA BASE DE LA ACCIÓN Y DE LA PRESENCIA SALVÍFICA Y CULTURAL DE ESA GRAN OBRA PARA LA IGLESIA DE MANIZALES Y PARA LA IGLESIA UNIVERSAL.

A DIOS SEA DADA TODA GLORIA.


TODO PARA LA MAYOR GLORIA DE DIOS
AMÉN


MONS. GONZALO RESTREPO RESTREPO
ARZOBISPO DE MANIZALES



MANIZALES, OCTUBRE 23 DE 2012






INTRODUCCIÓN

En una reunión casual, el padre Hernán Ramírez manifestó el interés por iniciar la historia de la jurisdicción de Nuestra Señora del Pilar.

—Hagamos la historia —propuso, así simplemente, sin más comentarios.

Bastante untado del espacio y un poco conocedor de las fuentes para el rescate de este pretérito próximo, no pude negarme a la iniciación de esta tarea; a fuego lento eché la idea a hervir en el caldero; brevemente revisé el disco duro de mi encéfalo y hallé los nombres de los oficiantes en el territorio de nuestra Parroquia; con casi todos, varios años atrás, hubo alguna relación, así hubiera sido fugaz, pero suficiente como para hurgar la memoria. Además, muchos de los vecinos de Villa Pilar son para mí caras conocidas; como vecino y feligrés de esta Parroquia durante varios años, recorrí calles y caminos, no sólo en mis desplazamientos habituales, sino también en mis jornadas deportivas. Muchas veces pasé por el estrecho camino de El Viejo Zacatín; también me tocó lamentar con profunda tristeza cuando la avalancha se llevó las casas de las familias desfavorecidas de “El Triunfo”. Aún recuerdo con nostalgia algunas de las víctimas.

Entonces concluyo: pisando esta tierra no me pierdo; voy por sendero sano; la gente es buena y el tema es maleable.

En consecuencia, aquí inicio mi resumen; va sin punto final, es decir, es sólo un epítome de la gran historia de esta Parroquia, pues, a pesar de los pocos años de existencia, ya ha sido, es y será obra de mucho valor espiritual y, por qué no afirmarlo, un templo de mucho valor para el arte de Manizales.

El trabajo aquí presentado queda abierto para el juicio de la comunidad y en el futuro próximo el complemento presentado por el devenir. Con estas líneas estoy declarando que, desde hoy, la Parroquia con su espacio y con su tiempo, es dueña de esta historia. En su representante o representantes deposito los derechos de autor.

Javier Sánchez Carmona


1. NUESTRA SEÑORA DEL PILAR


Cristo eligió a los doce conocidos por la historia como apóstoles. Entre ellos Jacobo, conocido como Santiago el Mayor.

Como en algunos textos este nombre no aparece Santiago, sino Jacobo, para los amigos de las curiosidades lingüísticas será de mucha utilidad una somera explicación de la evolución de este nombre. Sin lugar a dudas, el nombre latino era Iacobus; el nombre corto: Iaco o Yaco; (todos conocemos la correspondencia entre la “i” latina y la griega); el nombre “Yaco” lo conocemos bastante como Yago (recuérdese el personaje en Macbeth, la obra de Shakespeare). Al anteponerle la apócope del adjetivo “santo”, al nombre Yaco, resulta Sant Yaco; ambas palabras se aglutinan y así resulta «Santiaco»; luego se sonoriza la «C», es decir, el sonido [k] se convierte en su respectivo homorgánico [g], de donde resulta el sustantivo propio «SANTIAGO».

En virtud de lo anterior, cuando algún lector quiera informes acerca de la historia del apóstol, o del desenvolvimiento de la Iglesia en España, seguramente encontrará el nombre Jacobo en lugar de Santiago.

1.1 El Apóstol Santiago en España

Del viaje de Santiago a España no informa la Sagrada Biblia. Este hecho lo defiende la tradición, según documentos del siglo XIII, conservados en la Catedral de Zaragoza.

De acuerdo con la creencia, en época posterior a la Ascensión (40 A.D), los apóstoles se desplazaban por todo el orbe para inundarlo con las enseñanzas del Rabí de Galilea. Así, con la bendición de la Santísima Virgen, Santiago el Mayor llegó a la Península para desligarla del paganismo. Desde el siglo VIII, domina en el pueblo hispano la creencia, de que fue el primero en predicar el Evangelio en estas tierras.

Según la tradición, Santiago llegó a Aragón, donde está la ciudad de Zaragoza, a la ribera del Ebro, el río más caudaloso de España. Allí predicó el apóstol durante muchos días y, entre sus convertidos, eligió ocho discípulos con los cuales trataba sobre el Reino de Dios.

1.2 Aparición de la Virgen María.

Según la leyenda, una noche, Santiago se hallaba apesadumbrado por el escaso resultado de su trabajo evangelizador de ese día. De pronto, a oídos de él y de sus discípulos compañeros de apostolado, llegaron preciosas voces angelicales, en impecable línea melódica el “Ave María, gratia plena”. Y, al momento, sobre un pilar de mármol, con actitud consoladora, frente a ellos, estaba la Santa Virgen María, que aún vivía en carne mortal. Ella le pidió al Apóstol que construyera allí una iglesia con altar en torno al pilar donde estaba ella de pie.

El Apóstol y sus ocho discípulos, testigos del prodigio, iniciaron las obras y contaron con la colaboración de los conversos. Antes de terminar la construcción, Santiago confirió la orden del presbiterado a uno de sus discípulos, consagró el templo y le dio el título de Santa María del Pilar.

Santiago regresó a Jerusalén, y allí, por villana orden de Herodes Agripa, fue degollado. El libro de los Hechos de los Apóstoles refiere este martirio, pero nada dice en relación con el cuerpo muerto; mas, la tradición cuenta que algunos de sus discípulos, tomando las precauciones del caso, se apoderaron del cadáver y sin ser vistos, se lo llevaron, lo embarcaron en una nave y rogaron a Dios que los condujera a donde Él señalase como lugar apropiado para la sepultura de los restos del Apóstol. La barca, conducida por el Ángel del Señor, navegando, navegando se acercó a las costas de Galicia, región de España. Para la historia es demasiado claro que, al finalizar el siglo IX, ya está sembrada la creencia de que los restos del Apóstol yacen en este país.

* * *

Volvamos a la Iglesia por el Apóstol Santiago consagrada a Santa María del Pilar. Este templo, a través de los años, ha sido reformado; ahora, es de estilo gótico, y se le han añadido diversas capillas, cúpulas y torres, pero conserva siempre la norma del “Cabildo del Pilar” de no mover jamás de su sitio la sagrada columna, como su más preciosa reliquia, en la que se asienta la imagen de la Virgen. Hoy es la gran Basílica del pueblo español, la más extraordinaria que tiene España como prueba de una antiquísima y profunda devoción por la Santísima Virgen María.

Es realmente asombrosa la devoción del pueblo español a la Virgen del Pilar; tanto, que la Santa Sede la acepta como una “antigua y piadosa creencia” arraigada en el pueblo católico de este país; esta basílica es diariamente visitada por millares de personas. El Papa Juan Pablo II, en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América, reconoció a la Virgen del Pilar como “Patrona de la Hispanidad”.

María, Madre del Redentor, ha sido reconocida en todo el orbe como la mayor intercesora ante el Poder Divino. Muchos volúmenes se llenarían si fuéramos a hablar de los resultados de sus intercesiones. Pero no sobra mencionar uno de los más comentados atribuidos a Nuestra Señora del Pilar. Se trata del “Gran milagro del Cojo de Calanda” (1640) “Cuentan de un hombre a quien le amputaron una pierna. Un día años más tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen del Pilar, la pierna volvió a su sitio. Era la misma pierna que había perdido. Miles de personas fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este milagro”.

El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región, cuando todavía vivía en carne mortal.

Del “Pilar” o columna, debe quedarnos un bello símbolo: es “la solidez del edificio-iglesia con la solidez de la columna-confianza en la protección de María”.





1.3 Liturgia Eucarística del Pilar:

Los textos utilizados son: en la primera lectura, 1 Crónicas 15, donde se recuerda a la Virgen simbolizada por el arca de la alianza, la presencia de Dios en medio de su pueblo, a través de María, lo cual es gozo para la Iglesia. La segunda lectura (He 1, 12-14) y el evangelio (Lc. 11, 272-28) nos hablan también de la presencia de la Virgen en la iglesia y de las alabanzas que el pueblo le tributa. El prefacio celebra las maravillas que Dios ha realizado en María, "esperanza de los fieles y gozo de todo nuestro pueblo". Durante la oración colecta se pide por intercesión de la Virgen "fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor", así como en la oración de las ofrendas, donde se muestra el deseo de "permanecer firmes en la fe".

Antífona de entrada: se piensa en la Virgen como "la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto", y en el salmo responsorial se recuerda "el Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado".

En el aleluya: "afianzó mis pies sobre la roca y me puso en la boca una cántico nuevo".

Domina en la liturgia la idea de la presencia de María en la Iglesia y de la firmeza que su intercesión y su devoción procura al pueblo de Dios.

El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los devotos de la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, pues ese mismo día, conocido hoy como el Día de la Raza, era ya el día de la Virgen del Pilar.











2. ANTECEDENTES DE NUESTRA PARROQUIA


La actual jurisdicción de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, era parte de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chipre. Recordemos un poco de su historia: Al iniciar la década del 40 del siglo pasado (S. XX), los fieles debían “echar pata” hasta el centro de la ciudad, o visitar otras capillas en donde un sacerdote, casi en apostolado misional, iba a celebrar Misa.

2.1 MONSEÑOR ALFONSO DE LOS RÍOS COCK.

En Chipre, en el sitio que hoy corresponde a la calle 12 y en donde convergen las carreras 10 y 11, había un club, y en ese lugar los fieles se congregaban para la celebración de la Liturgia. El 21 de octubre de 1939, se constituyó una Junta Pro Capilla de Barrio Chi-pre, integrada por Francisco Jaramillo Montoya, Samuel Trujillo Vélez, Víctor Herrera Jaramillo, Tomás Cardona, Luis Carlos Vargas, Enrique Arango, Antonio J. Ospina Z.
Sin lugar a dudas, uno de los sacerdotes más vigilantes de la fe católica de los feligreses de estos sectores, fue Monseñor de los Ríos Cock; fue este hombre de Dios el primer cultor de la doctrina de Cristo en estos sectores; por esta razón, marcamos un punto aparte para dedicarle unas cuantas líneas.
Oriundo de Riosucio. Fue apóstol y ángel guardián de la línea férrea desde Arauca hasta La Pintada. Su mayor centro de operaciones fue en “Colombia y Alejandría”, nombre de las tierras que hoy todos conocemos como “El 41”. Fue la tierra de sus arduas correrías evangelizadoras. Nunca le importó cuando le tocaba dormir en el suelo.

Fue Vicario general de la Arquidiócesis en la época de Monseñor Concha quien, debido a su problema visual, tenía que ausentarse con mucha frecuencia. Era el Canónigo que presidía el cabildo de la Catedral, es decir, el Deán del Capítulo Metropolitano. En 1953, fue investido como Protonotario Pontificio de su Santidad Pío XII.

Fue el iniciador de la Iglesia de Cristo Rey. Se trajo de Salamina al padre Rodrigo López, para que prestara sus servicios espirituales en el Orfanato y le colaborara en la Parroquia de Cristo Rey. Poco a poco el padre Rodrigo se fue posesionando, según el decir de la gente, como Párroco, “Amo y Señor de la Parroquia de Cristo Rey”.

Monseñor de los Ríos dirigió los destinos de la Parroquia de Los Dolores, en el Barrio Estrella.

Para nuestra historia, lo más importante es que fue el iniciador de la Iglesia de Chipre. Según tradición oral, monseñor Alfonso entregó al padre Esteban Arango diseños o planos bien adelantados; sólo faltaba definir el terreno. El padre Esteban, al reconocer la exigüidad del espacio disponible para esa construcción, terreno ubicado en la dirección arriba anotada, bastante sorprendido le preguntó a Monseñor

–¿Cree usted, su Señoría, que en ese pedacito de tierra puede levantarse esa construcción?

–Ese es, precisamente, uno de los escollos que el párroco debe afrontar y buscar la solución –respondió Monseñor y agregó: – trabaje con fe y se dará cuenta de que Dios no lo dejará fracasar.
Grabado original por Germán
Mejía Estrada
En efecto, se presentó la forma de cambiar el terreno con el dueño del lote que actualmente ocupa esa iglesia. Nuestro periódico local, a los pocos días daba la noticia: “Se colocará la primera piedra para la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario del Barrio Chipre, la cual será una réplica de la Catedral consumida por las llamas en 1926. Ya fueron debidamente aprobados los planos. . .” Y el 30 de noviembre de 1941, el ilustrísimo Obispo de la Diócesis de Manizales, Monseñor Luis Concha Córdoba celebró en el sitio una Misa solemnísima e impartió la bendición de la primera piedra para esa bella réplica de la Catedral.

Esa celebración solemne estuvo enmarcada por un programa de tres días elaborado por una excelente junta organizadora; entre el 29 de noviembre y el 1º de diciembre de 1941, hubo un programa inolvidable: encuentro de manizaleños en el sitio, contemplación del paisaje, venta de comestibles y refrescos, retreta a cargo de la Banda Departamental, oración sagrada a cargo del presbítero Francisco Giraldo González y con transmisión por Radio Manizales, y con facilidad de transporte para todos los habitantes de la ciudad, pues varios buses estuvieron disponibles para el recorrido “desde Manizales, hasta Chipre” a precios corrientes. El remate de la fiesta fue con animada reunión social en el Club Campo Hermoso; los socios pagaron la entrada a veinte centavos ($0, 20) y los no asociados pagaron cincuenta centavos ($0, 50).

En los primeros días de diciembre, todos los manizaleños comentaban acerca del gran éxito del Festival de Chipre; sin “meterle política al asunto” se le agregó una nota más, ya que el presidente, doctor Eduardo Santos, acompañado de su esposa, se encontraba de visita en Manizales y, en consecuencia, se dieron “la rodadita” en el grandioso festival .

******
La década del 60 del siglo XX marcó para la Historia de la Iglesia una época de fiebre como para cuidados intensivos. Las conferencias del padre Camilo Torres y del padre Amaya prendían los ánimos de los estudiantes universitarios; estos hechos fueron un duro golpe para Monseñor de los Ríos Cock; muchos atribuyeron a ese hecho la muerte inesperada de este venerable religioso.


“La Misa ha terminado...”


Sus primeras palabras iban dirigidas al Dios que alegraba su juventud; y sus últimas invocaban la misericordia de Dios sobre la patria en peligro.

Pocos minutos antes, con sus propias manos, se había revestido para su última Misa que vendría a ser la de su muerte, de la cual sería él mismo su ofrenda y cuya Eucaristía fue la comunión gloriosa con el Cordero inmaculado rodeado por todos los santos.

Ahora exánime, al pie del altar, vestido con sus propias manos para la muerte, silencioso y se¬reno, su cadáver como antes sus palabras, invocaba al Dios de su juventud, al Dios de la misericordia, el Señor que había ya juzgado su causa y que le había enviado desde lo alto Su luz y Su verdad.

Concluida en la perfección del postrer sacrificio, ya no se prolongaría más la Misa Sacerdotal de Monseñor Alfonso de los Ríos. Por otra parte, no era necesario: ella estaba completa en el ofer¬torio de su largo sacerdocio y en la inmolación y comunión de su vida, generosamente entregada "por la salvación del mundo". Además, la víctima estaba ya madura para la visión eterna: su límpido corazón, puro y sencillo, podía ya contemplar en el altar del cielo al Cristo de la tierra.

La Misa inconclusa fue terminada aquí abajo, por uno de sus más fieles amigos, hermano en su sacerdocio. Allá en la gloria, Monseñor De los Ríos cantaría al mismo tiempo las alabanzas eternas al Dios cuya inmolación hubo de comenzar sobre la tierra, para concluirla en una Misa eterna, la Misa esperada durante toda su vida, en la cual consumaba ahora su sacerdocio inmolado en la presencia del Señor.
Después de esta muerte hermosísima, insuperable para el hombre que lucha y el Sacerdote que ora, un corto poema —inconcluso— fue encontrado en su habitación de trabajo. Unas pocas estrofas apenas pergeñadas, donde la intuición de la muerte daba vuelo a la inspiración... Un poema que fue a su vez profecía de su misma muerte. Lo insertamos aquí como el postrer homenaje al amigo y al hermano en el Sacerdocio, cuya Misa ha terminado.





"Y se marchó como la alondra herida
al empuje sublime del deber.
Una chispa de amor subió encendida. . .
y fue abriendo las alas de la vida
y sus perfumes nos dejó y se fue.

La vi volar con movimiento suave
por el lejano azul del firmamento:
como se cierne en su plumón el ave,
recorriendo el camino que ya sabe
para llegar a Dios en su momento.

Porque se fue con indecible calma,
dejando el nido de polluelos lleno;
Porque buscando del deber la palma
pasó del espinal jardín terreno
trocando espinas en rosal eterno...".



2.2 EL ESPACIO PARA NUESTRA PARROQUIA

La población del Barrio Chipre fue extendiéndose y, por supuesto, aumentaron calles y carreras; lo que antes era monte o potreros fue cediendo el espacio para la urbanización.

A veces es difícil detener el vehículo de la memoria para reacomodar la carga y no dejarla cubrir toda con el vituperable olvido. Uno de los residentes de este sitio, desde tiempos antes de las urbanizaciones, con cara de arrepentimiento recuerda y describe el espacio en donde hoy se ha posesionado Nuestra Señora del Pilar:

“A nuestra Señora, La Virgen del Pilar, hoy le ruego interceder por mí ante Dios para obtener de él el perdón por todo el daño causado con mis compañeros a todos los vecinos de hace algunos años.

Hablo de 50 o más años atrás. En barra nos reuníamos en la esquina —hoy carrera 7A con calle 10, Avenida Villa Pilar—. Recordamos a “Misia Julita ”; mantenía un pucho encendido y con la candela “Pa`dentro”; mientras amasaba el material para las empanadas, pasaba el cigarro de la comisura izquierda a la derecha y en su juego continuo, de su boca dejaba caer no sólo un poco de ceniza, sino también algo más que, revuelto con el guiso, iba a dar a nuestras barrigas sin escrúpulos.

El paso era por un andén estrecho, irregularmente empedrado, y con peligro a la vista, pues, al mínimo descuido cualquier transeúnte podría caer al caño conocido como La Quebrada de El Zacatín, cuyo cauce recogía las aguas venidas desde la parte alta de lo que hoy es “Chipre Viejo”; este riachuelo corría por donde hoy es la Avenida Villa Pilar; en la parte de abajo, en donde hoy localizamos la estación terminal de las busetas azules, a lado y lado varias familias económicamente desfavorecidas habían levantado techo; jamás por sus mentes había cruzado la idea del crecimiento desmedido de ese pequeño caudal para arrasarlos y cubrirlos con el lodo de toda la pendiente; era el barrio “el Triunfo”, levantado en la margen de la carretera Manizales –Arauca.

Sin conciencia de la higiene, nos “empetacábamos” de empanadas antes de salir a jugar a “la derrota”; nos íbamos por los fangosos barrancos que a lado y lado limitaban la cañada; como niños con espíritu nihilista, sin la mínima noción del cuido a la naturaleza, íbamos “cauchereando” tirándole a cuanto afrechero cruzara sobre nuestras cabezas, y si corales ciegas con anillos rojos y negros, sierpes mataganado, o toditas verdes color del pasto reptaban por nuestro camino, eran blanco para ensayar puntería con nuestras hondas de fino caucho. Como proyectiles para nuestro juego, dejábamos los higuerillos sin racimos. Todos sus frutos globosos y espinosos, por nosotros llamados “chirigüecas” invadían el espacio de las mariposas y de las aves; seguramente en nuestras bajadas con zancadas de gamín, pisoteamos más de una mata de papa en florescencia, de las cultivadas por don Eduardo Carreño. Punto aparte para recordar a este gran señor.

Más o menos por el año 50 del siglo pasado llegó de Armenia —la tierra de “los Cuyabros”— el matrimonio conformado por don Eduardo Carreño y su esposa doña Margarita Bustamante. Don Eduardo fue “mano derecha” de Monseñor Alfonso de los Ríos Cock; fue el conductor de su vehículo y, además, encargado de cuidar el jardín y los sembrados en la “chagra” cuyo propietario era Monseñor; es el terreno donde hoy está el Condominio La Atalaya.

Ambos, Monseñor y don Eduardo fueron ligeramente inclinados al ganado vacuno; compraron unas cuantas reses y tomaron en alquiler otra extensión de potrero para su incipiente negocio de ganado. Cuando Monseñor de los Ríos viajaba a Roma, sus cornígeros de flexibles colas quedaban al cuidado de don Eduardo Carreño; fue como su capataz. Él construyó la casa en donde el religioso en mención se echaba las siestas para reposar su cansancio por el trabajo de apostolado ya mencionado un poco atrás. Esa casa de construcción sencilla dejó de ser campestre, pues hoy es urbana y nomenclada con el número 4-05 de la calle 12 en el condominio acabado de mencionar.

Es importante mencionar la familia Carreño por la participación activa de ellos en los orígenes de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, muy especialmente por el trabajo de la señora doña Margarita; las sabrosas empanadas con exquisito guiso por ella preparadas para los festivales en pro de la construcción del Templo tienen que quedar registradas en esta historia.

Ya brevemente descrito el terreno por nosotros irrespetado al pisotear las matas con flores de todos los colores, y molestar las reses que pastaban en terreno propio, seguimos dando vía libre al recuerdo de este camino lleno de fango; bajábamos hasta llegar a la parcela de “los Tamayo” de quienes nos escondíamos, porque no faltaba nuestra necedad contra sus viejos y desgarbados rocines “zorreros” encargados de mover la carga de las galerías.

Regresábamos a nuestro fuerte y, al iniciar la noche, continuábamos en la práctica del “tiro al blanco”; sólo que el blanco ya eran las bombillitas del alumbrado público. Los vecinos “quejosos” llamaban a la policía y, cuando llegaba “la bola” no faltaba la señora amable y alcahueta que nos abría su portón y así escapábamos del arresto.

Después llegábamos a casa; pobre mamá inconsolable al mirar nuestras ropas que ya exigían más cantidad de jabón y más de los tres movimientos de la propaganda: “remoje, exprima y tienda”. Sin remordimiento ninguno, dañamos la naturaleza; dejamos ese campo libre de ofidios; sin higuerillos; sin achirillas. Allí quedó todo el fango arrastrado por tanto correntío que bajaba por las escarpas.

Hasta aquí los recuerdos de ese “gamín de pretérito imperfecto”.

Puede deducirse, entonces, que el terreno actual de Villa Pilar, ya había recibido muchas bendiciones de Monseñor Alfonso de los Ríos. Finalmente, hasta donde hemos sabido, este sacerdote, sin dejar de visitar su rancho y echar sus sueñitos de siesta, negoció sus haberes de este sitio con don Eduardo quien siguió ya, no como capataz, sino como propietario. Así, entonces, al señor Carreño le correspondió negociar con el Instituto de Crédito Territorial, cuando ya buscaron urbanizar el terreno.

* * *


2.3 ¡ESTE MUNDO ES UN PAÑUELO!

A esta sentencia tan conocida ya la sabiduría popular le ha agregado otra frase: “. . . pero ¿quién lo aplancha?

Nace esta reflexión cuando retrocedemos unos cinco lustros al pretérito. Hubo en Manizales un encuentro de adolescentes comprometidos con la Acción Católica de los diferentes pueblos del Departamento.

En esta ocasión, a los residentes en Manizales les tocaba el encargo de albergar a los grupos visitantes. Fue así como en casa de la familia Carreño albergaron a un pequeño grupo entre los que estaba el joven adolescente Hernán… participante en representación de Aguadas.

Hernán sabía de vacunos y de ordeño; muchos años de su niñez los vivió en la finca de su progenitor. Sacó a relucir sus conocimientos agropecuarios, cuando estaba en el encuentro de Acción Católica en Manizales; de hecho, cuando sentía que don Eduardo se alistaba para salir por las vacas para el ordeño, el acucioso muchacho, ni corto ni perezoso, se alistaba para colaborarle al dueño de casa en el trabajo de la madrugada. Arriaban las vacas hasta el sitio de ordeño, en donde estaban los terneritos esperándolas, les picaban la penca y las cáscaras de plátano, en fin, el diligente Hernán, sin darle importancia al pantano que se pegaba de sus zapatos tenis, colaboraba en la faena matinal, mientras llegaba la hora de las actividades programadas en el gran encuentro juvenil.

¿Cuándo iba a pensar el joven Héctor Hernán Ramírez Ríos que ese terreno húmedo, con algunas aguas albañales, y una atmósfera brumosa o llena de neblina como la de su tierra Aguadas, sería años más tarde un lugar bello, con jardines alrededor de muchas construcciones y un templo imponente?

“El mundo sí es un pañuelo”. Precisamente ese muchacho Hernán, quien colaboró en el ordeño de las tres o cuatro reses que, suponemos, antes fueron de Monseñor de los Ríos y después de don Eduardo Carreño, fue nombrado párroco del templo de Nuestra Señora del Pilar. Como quien dice, “vaya y colabore en la planchada de este pedazo de pañuelo”.
* * *




2.4 La avalancha de 1965

El Fondo Nacional del Ahorro y el Instituto de Crédito Territorial habían comprado a Monseñor de los Ríos el terreno. Ya avanzaba la década del 60, cuando llegaron los ingenieros con sus cuadrillas de obreros para encauzar las aguas y adaptar el terreno brevemente descrito para construir varias células con muchas agrupaciones de viviendas. Principiaron con la estrategia de las barreras transversales o trinchos con guadua para retener la tierra arrastrada por las aguas.

Faltó monitorizar las obras para detectar posibles anomalías en el sistema del bombeo, porque la naturaleza no perdona cuando le cambian el camino de su cauce natural, y con los aguaceros comunes en el clima de Manizales no puede haber descuido; la noche del miércoles 27 de octubre se fueron los trinchos con agua y lodo y el coeficiente de escorrentía fue muy superior a lo imaginado por los habitantes del barrio “El triunfo”. Al día siguiente se expandió la noticia por todo el mundo: “Más de 25 muertos; la avalancha de agua y lodo arrasó casi la totalidad del barrio El Triunfo”. Fue una tragedia que obligó a la inmediata creación de un comité de ayuda. Hasta el Papa aportó su óbolo. Los grupos musicales de Manizales organizaron sus presentaciones; la conocida figura del toreo, Pepe Cáceres, demostró una vez más su amor a Manizales y ofreció una corrida a favor de los damnificados. El padre Francisco Giraldo González inició la construcción de un plan de vivienda en terreno contiguo a las laderas de San Cancio, con el fin de buscar la solución de vivienda para quienes perdieron su rancho.


2.5 Barrio Villa Pilar

Después de esta dolorosa tragedia, continuaron con la obra proyectada. Canalizaron la quebrada de El Zacatín y su cuenca hoy va debajo de la Avenida de Villa Pilar. El Instituto de Crédito Territorial inició la construcción de los bloques de vivienda. Células uno, dos, tres. . .

Los constructores también habían comprado a don Eduardo Carreño el terreno que Monseñor de los Ríos le había asegurado como parte de la liquidación de las prestaciones sociales.

Cuando aumentó la población, se vio la necesidad de la creación de la Parroquia; al párroco de Nuestra Señora del Rosario de Chipre ya le quedaba demasiado pesado para atender la feligresía, aunque se contaba desde mucho tiempo atrás con la acción pastoral ejercida por los Padres Agustinos de La Linda y con el nutrido grupo de seminaristas. Doña Aracelly Soto Jiménez, con más de treinta años de residencia en el núcleo uno de la célula 13, sí puede ser testigo fiel de esa acción pastoral; precisamente recuerda que a la entrada de su conjunto habitacional se celebraba la Misa; más aún, en una de las habitaciones del apartamento de doña Aracelly llegó a demarcarse un “rinconcito” para los secretos de la confesión, es decir, que entre esas paredes quedaron perdonados veniales y mortales de muchos de los primeros habitantes de Villa Pilar; así lo de “la paredes tienen oídos” puede aquí refutarse, pues en ese rincón pecadillos y pecados quedaron en el eviterno encierro.

Vino luego la construcción del Colegio en el gobierno del Presidente Julio César Turbay Ayala; empezó labores en 1978, con Leonidas López Morales como rector y Latiffe Abdalá de Paz como coordinadora; esta institución educativa llevaba el nombre de “Colegio Mariano Ospina Pérez”. El padre Antonio Nieto, con una comisión de vecinos, consiguieron la autorización en la Secretaría de Educación del Departamento para utilizar el salón de actos para llevar a cabo la Liturgia de nuestra Parroquia. Como fue parte de nuestro espacio, comentamos un poco de su historia: cuando construyeron el edificio, no se percataron de que estaban ocupando parte del predio de una familia de apellido Morante. Naturalmente, hubo litigio, y el colegio siguió su propia historia; hoy, ya figura como Colegio Integrado de Villa Pilar.

Con los auxilios parlamentarios logrados por el doctor Rodrigo Marín Bernal, líder político caldense, en este sitio se construyó la Clínica de los Seguros, en 1987. Fue también espacio para las celebraciones litúrgicas de nuestra Parroquia.

El doctor Gustavo Robledo Chavarriaga, gerente del Instituto de Crédito Territorial, había estado en Zaragoza en donde conoció de la devoción a Nuestra Señora del Pilar. Fue él quien propuso dedicar el nuevo Templo para venerar a la Madre de Cristo, la misma que sobre un pilar se apareció al Apóstol Santiago en Zaragoza; los feligreses aceptaron con mucho agrado y en la Arquidiócesis de Manizales se produjo el “Nihil Obstat”. Fue un hecho significativo para esta historia, pues, según declaración de algunos feligreses, fue lo que forzó el nombre de “Villa Pilar”.

3. PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Fue creada por Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez, el 12 de diciembre de 1980.
Comprende los barrios y sectores de Villa Vista, Chipre Viejo, Venecia, Los Periodistas, La Española, La Chimenea, Villa Pilar uno, Villa Pilar dos, Aquilino Villegas, Santa Mónica, San Luis, Torres de Ávila, Zacatín. El sector rural comprende las veredas de: Manzanares, Morrogordo, la Linda, los Zagales, la Palma y Quiebra de Vélez. La nueva comunidad parroquial “es un conglomerado heterogéneo compuesta de clase media y pobre” .


3.1 EL VIEJO ZACATÍN

Para ampliar un poco acerca del espacio descrito, conviene una aclaración: los sectores cubiertos por el sagrado manto de Nuestra Señora del Pilar, son iguales en importancia. La bendición de María cae igual para todos. Entrar en el sector de “El Viejo Zacatín” ha de servir como un ejemplo de la comunidad bella de nuestra Parroquia.

Según el informe del padre Horacio Gómez, “los fieles de la Parroquia conforman una comunidad fervorosa, disciplinada que participa efectivamente en las celebraciones litúrgicas” . Pero la participación no es sólo en las actividades de la liturgia; el compromiso fue también en la obra material para la Parroquia; así, entonces, muchos nombres tendrían que incluirse en esta historia; mas, a libre elección, de entre los sectores de la Parroquia, al azar escogimos el conglomerado de El Viejo Zacatín.

Nos ubicamos en la parte posterior de la Clínica, actual entrada a urgencias (mes de agosto de 2012). Desde aquí partiría el frustrado cable hacia el Chocó. Bueno será recordar que este vecindario también está ligado con la historia de la Licorera de Caldas, así como la estación del ferrocarril en donde hoy está situada la Universidad Autónoma; allí existe otro “Zacatín”; por cierto, es un vocablo de origen árabe, cuyo significado remitía a una calle o plaza en donde se vendían ropas; es muy poca la relación con el licor, pero de todas maneras el término semánticamente evolucionó hasta tomar entre nosotros el sentido de sitio de extracción de licor.

Retrocedamos a un pretérito más próximo, a los primeros años de la década del 70: “Caminante, ¡no hay camino!” De este punto de partida, no existe paso para un vehículo de “un caballo” de fuerza; en efecto, los corotos transportados en una zorra de galería es necesario cargarlos en una carretilla de una sola rueda, de esas utilizadas en las obras para cargar la tierra, la arena u otros materiales. Por el estrecho camino, con todas las incomodidades que ello implica, esquivando los roces con la urticante ortiga, las tunas de los morales y haciéndoles ladito a pequeños reptiles con rabitos de ají, llegan los bártulos.

Por supuesto, la cabeza de los nuevos habitantes se ocupa en “hacer camino al andar”. Surge el líder; se llama Pedro. Cuenta ya con la colaboración de otros vecinos, convencidos de la necesidad de ampliar el camino; a pica y pala empezaron a ampliar la senda; se organizó una junta con don Pedro señalado en la dirección; se planearon festivales para la venta de empanadas, gaseosas y otros comestibles para recolectar el dinero requerido para sufragar los trabajos de apertura de la senda.

Finalmente, el Municipio colaboró un poco y lograron una calle como para poder llegar en carro hasta sus viviendas. La calle no daba espacio sino para un carro pequeño, pero sin posibilidad de voltear justa y suficiente razón para la negativa del servicio de los taxistas. Poco a poco, los vecinos se encargaron de la ampliación del sendero hasta lograr espacio suficiente para reversar y así los taxistas pudieran prestarle el servicio a la comunidad cuando lo requirieran. Desde entonces, allá existe el sitio llamado “El Volteadero”. Al fondo se levanta un árbol y, a un lado, la gruta de “El Divino Niño”, imagen donada por el presbítero Horacio Gómez. Los vecinos colaboraron con el material, y don Pedro fue el obrero. Este árbol debe ser un símbolo por varias razones de peso: fue sembrado por don Pedro, y allí se levanta como para dar firmeza al lleno o espacio ampliado a punta de “tierra echada y pisada” para la ampliación del espacio. El Divino Niño es el Celador.

¿Y quién es don Pedro? Con este personaje se cumplió la sentencia de que “se hace camino al andar”.

Lió bártulos, los acomodó en una zorra y fue hasta donde ya se comentó unas líneas atrás. Al año siguiente ya había construido su casa y, unos años después, otros vecinos ya eran propietarios de sus moradas, casi todas construidas por don Pedro; así fue perfeccionándose como constructor y con sus técnicas ingénitas de líder. Sabía cuáles puertas debía tocar para lograr mejoras para su barrio, y contaba con la paciencia característica de quien espera; como a los cinco años logró alcantarillado; con la colaboración de un concejal consiguieron la instalación de los servicios de luz y agua.

No todo ha sido alegrías en “El Zacatín”. Con los esfuerzos de la comunidad, iban preparando sus terrenos para sus necesidades; ya contaban con su caseta comunal y con su cancha de fútbol.

Por costumbre en nuestro país, los más desafortunados soportan con estoicismo la apatía de los dirigentes frente a las necesidades de los estratos desfavorecidos en la repartición del espacio en la pirámide social. De manera frecuente resulta un vivo hábil para aprovecharse de la gente buena y crédula, como sucedió en El Zacatín con un personaje sin frenos éticos y de labia fácil que se presentó y convenció a los vecinos; logró hacerse elegir presidente de la junta; sin explicaciones de ninguna naturaleza resultó con papeles firmados sin saberse por quién y de esa manera perdieron su espacio deportivo y su caseta comunal atrás mencionados. En ese terreno construyeron, con permiso abierto para los servicios públicos como alcantarillado, luz y agua, mientras que todavía muchos habitantes de El Viejo Zacatín no han gozado de esos servicios con el pretexto de que están en zona de riesgo.

Afortunadamente un fallo judicial del Juzgado Séptimo Administración del Circuito de Manizales, con fecha del 21 de junio, fue favorable al Viejo Zacatín , con una razón sencilla: Si los habitantes de ese sector están en zona de riesgo, los de las nuevas construcciones en terrenos de la subdivisión de El Viejo Zacatín, terrenos incluidos en los límites del barrio Villa Pilar II, también tienen que estar en zona de riesgo. Según el fallo proferido, a quienes no se les ha reconocido su territorio se les debe abrir las puertas para la titulación de sus predios y no negarles la instalación de los servicios básicos. Así mismo, “Manizales deberá adoptar las medidas pertinen¬tes para la reubicación de las familias en riesgo”.

Es don Pedro Ochoa uno de nuestros personajes enterados de toda esta situación. Sus quejas fueron inútiles. El “aparecido vivo líder” murió trágicamente y los habitantes de “El Viejo Zacatín” dirigidos por don Pedro no tienen a quién reclamarle; sólo queda el comentario: “quién sabe, por debajo de la mesa, con cuánto le untarían la mano a ese “de cuyo nombre no quieren recordar” ni saber “de su movida truculenta”.






























4. Decreto 137 del 20 de diciembre de 1979


José de Jesús Pimiento, Arzobispo de Manizales, en ejercicio de su jurisdicción y mandato pastoral y teniendo en cuenta,

Que el Concilio Vaticano II en el Decreto “Christus Dominus” señala como causa de erección de nuevas parroquias la salvación de las almas;

Que el territorio de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chipre se ha venido colmando de nuevos habitantes por el progreso urbanístico de la ciudad;

Que el párroco de Nuestra Señora del Rosario de Chipre no alcanza a prestar el servicio pastoral como lo requiere su creciente feligresía;

Que en vista de lo anterior, se erigió como Persona Eclesiástica la Vicaría de Nuestra Señora del Pilar, segregándola de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chipre, según Decreto Nº 137, artículo 5º de 20 de diciembre de 1979,

DECRETA:

Artículo 1º. Erígese la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar con territorio segregado de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Chipre.

Artículo 2º. Los límites de la nueva parroquia serán los siguientes: del sitio denominado “El Abismo”, en la Quebrada “La Playa”, se toma una línea recta en dirección al Oriente hasta encontrar en Bella Vista la carrera 8ª, se sigue ésta hasta la calle 10 y continúa por ésta en dirección norte hasta el “Round Point” de Villa Pilar, para seguir por la Avenida Bernardo Arango V. hasta el sitio denominado “La Chimenea” y de allí hacia el oriente en línea recta hasta la carretera que de Manizales conduce a Arauca, para continuar por ésta hasta “La Quiebra de Vélez”, y de este sitio, en línea recta hasta “El Abismo”, punto de partida.

Artículo 3º. Los fieles contribuirán para el sostenimiento del pastor del Culto Sagrado y de la Acción Pastoral mediante la oblación religiosa o diezmo personal, los estipendios arancelarios y las ofrendas voluntarias.

Artículo 4º. Se organizará la pastoral de Evangelización por medio de catequesis para niños, jóvenes y personas maduras, así como las otras formas de pastoral que las necesidades concretas de la comunidad y la renovación de la Iglesia recomiendan.

Artículo 5º. Se procederá cuanto antes a presentar al Ordinario la nómina de quienes formarán el Consejo de Administración y, en plazo no mayor de seis meses se organizará el Consejo Parroquial de Pastoral.

Comuníquese y cúmplase.

Dado en Manizales a los 12 días del mes de diciembre de 1980, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.

(Firmado)

José de Jesús Pimiento. (Arzobispo de Manizales)
Jaime Ángel Jaramillo (Canciller de la Arquidócesis)











Transcripción de parte del decreto firmado por Monseñor José de Jesús Pimiento, que delimita la nueva Parroquia.








Placa en el Templo. Informe del padre Horacio Gómez ya citado.



5. PÁRROCOS



5.1 MONSEÑOR DUVÁN ISAZA BOTERO
Hijo de Gerardo y Mercedes; nació el 19 de enero de 1935; se ordenó como sacerdote claretiano el 22 de noviembre de 1959. Doctor en Derecho, Universidad de Manizales; profesor en el Instituto Universitario de Caldas; capellán del Instituto Manizales durante ocho años.
Sus méritos lo hicieron acreedor al nombramiento como “Capellán del Vaticano”.
Un sábado, en las horas de la tarde, el Presbítero Duván, primer párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar llamó al doctor Ramón Correa Jaramillo:
—“Celebraremos la Sagrada Liturgia aunque sea a la entrada de tu apartamento; consigue una mesa y allí puede oficiarse”.
Efectivamente, a la entrada de la Célula 4, núcleo 1, fue ubicada la mesa para la celebración de la primera misa de la nueva Parroquia. El vino de consagrar lo proporcionó el padre Bernardo Naranjo Giraldo, párroco de la Catedral. La limosna obtenida —$ 300,00 (trescientos pesos) — no alcanzó ni para pagar las hostias.
En la esquina de la calle 10B con carrera 4ª, en donde hoy funciona un supermercado, había una droguería; los dueños de este negocio no hallaron inconveniente en que se ubicara una mesa en el andén para la celebración de la Misa el sábado en la tarde y el domingo. Fue Misa Campal.
La permanencia del presbítero Isaza frente a la Parroquia fue fugaz de días, pues, llegada la Semana Santa de ese primer año, Monseñor Pimiento le ordenó ir a predicar las ceremonias en una de las Iglesias del municipio de Chinchiná.
—Excelencia, ¿y dejo mis feligreses de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar?
Monseñor Pimiento siempre ha hecho valer su autoridad.
—No hay problema, allá llegará tu remplazo.
Y sin más discusión, Monseñor Pimiento nombró al presbítero Jorge Henao Gómez para substituir al padre Duván.

5.2 PRESBÍTERO JORGE HENAO GÓMEZ

El padre Jorge nació en Manizales el 6 de enero de 1924; estudió en esta ciudad y en Roma se licenció en Teología; ordenado sacerdote por monseñor Concha el 21 de agosto de 1949.
Fue cooperador en Quinchía, en la época de la violencia política; como mecanismo de defensa por la intranquilidad del momento trató de remediarla, además de sus oraciones, con notas de gran humor; muy recordada una carta escrita a otro sacerdote de su época, cuando trabajó en Quinchía: “Después del último que mataron, no han matado más”.
En su época, la recomendación para los sacerdotes era no quitarse la sotana; el padre Jorge fue buen cumplidor de las normas y ni para jugar al fútbol se la quitaba; dentro de ella escondía el balón y obtenía así una ventaja. Cuentan sus alumnos del Instituto Universitario: “como el padre era muy aficionado al fútbol y muy hincha del ‘Once Caldas’ si este equipo perdía el partido del domingo, el genio se le alteraba un poco hasta el punto de que debían preparar mejor la lección del lunes.
Fue capellán en San Jorge; profesor y capellán en el Instituto Universitario en 1959; rector en el Colegio Pio XII de Salamina.
Su paso por la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar también fue fugaz; hasta aquí no se había llenado la primera página del archivo del Despacho Parroquial.
Las celebraciones continuaron en el sitio atrás mencionado. La enfermera regaló una campanilla muy sonora, pero los amigos de lo ajeno le echaron mano para darle una destinación no tan santa. El padre Jorge manifestaba su pesimismo en relación con el avance de la Parroquia; y tenía razón, pues los vecinos apenas despegaban en sus nuevas viviendas; los gastos de adaptación, la cuota inicial, más la amortización mensual de los apartamentos estaban ahorcando a más de uno.
Murió el padre Jorge el 18 de enero de 1996.

5.3 PRESBÍTERO ANTONIO NIETO ARIAS
No fue complicado en el mes de julio de 2012 entrevistar al padre Nieto Arias en su residencia del Barrio San Joaquín de la Capital Antioqueña; casi coincidimos con su fecha de cumpleaños, 14 de julio. Está pasando por sus 81 años; nació en Aguadas en 1931. Hijo de Luis Eduardo y Ana Joaquina. Inició estudios de bachillerato en el Seminario Menor de Manizales; luego, en el Seminario Mayor cursó Filosofía y Teología; en Medellín, de manos del Excelentísimo Buenaventura Jáuregui, Obispo Auxiliar de la capital antioqueña, recibió las órdenes del presbiterado, el 3 de noviembre de 1957.

De su vida de seminarista, lo recuerdan sus compañeros como uno de “Los tres patriarcas”; los otros dos eran Antonio Orozco Candamil (también aguadeño) y José Jesús Henao; de agregarse uno más, nuestro vecino, el doctor Ramón Correa Jaramillo, hubiera completado el cuarteto. Conocerlos con este nombre y mirarlo hoy cuando empieza a notarse el peso de los calendarios, aprendemos el significado del porte patriarcal.

En la pirámide social, ubicamos a su familia en la “media – media”, es decir, para ellos había épocas de “vacas gordas” y de “vacas flacas”, así como la Historia sagrada nos enseñó con la figura de “el Soñador José”, hijo del patriarca Jacob.

Para Antonio Nieto, su vida de seminario fueron siete años de “vacas flacas”; su apretada economía no le alcanzaba para comprar sotanas nuevas; vestía las que le compraba a Juvenal Mejía; como él era robustico, Antonio debía repararlas con pinzas para acomodarlas a su talla. Cuando estrenó sotana por primera vez, se debió a un regalo de Monseñor Augusto Trujillo Arango, Obispo Auxiliar de Manizales, a quien le guarda eviterna gratitud.

Al finalizar estudios, según libros contables, Nieto Arias quedó registrado en la lista de los deudores de pensión en el seminario. Principió a ejercer en La Dorada; allí ganaba $ 60,00 (sesenta pesos) y, con ese sueldo, logró cancelar la deuda acumulada durante tres años en época de “vacas flacas” en su vida de seminarista.

Siendo niño lo sedujo la oratoria sagrada; su modelo fue el padre Rubén Mejía Ángel, párroco del Templo de La Inmaculada Concepción de Aguadas; con profunda devoción le escuchaba sus sermones y se fijó la meta de ser algún día tan buen predicador como él.

Cuando la Parroquia de la Inmaculada de Aguadas celebró su centenario, fue Nieto Arias el invitado para predicar las fiestas, “con arzobispo a bordo” (Monseñor Pimiento) —con mucho humor nos cuenta el Padre Nieto. “Fue para mí una gran satisfacción en mi vida; lo hice con mucho fervor y alegría, porque mi sueño en el campo de la oratoria sagrada se hizo realidad. El Padre Nieto Arias, con pecho de acero, subió a los púlpitos a predicar las fiestas patronales de las iglesias de casi todo el Departamento. Sin lugar a dudas, fue émulo de Mejía Ángel.

Cuando era seminarista, en una de las calles céntricas de Medellín, conoció la sastrería de don Enrique Amaya, especialista en confección de ropa para religiosos; este señor le ofreció la oportunidad de ganarse “unos pesos”; le enseñó a tomar medidas y le proporcionó un muestrario de paños. Así, el seminarista Nieto vendía sotanas en Manizales y el sastre en mención le daba un porcentaje. Al ordenarse sacerdote, el primer nombramiento fue como coadjutor de una importante parroquia de uno de los municipios de Caldas; no obstante, significó para él un disgusto, pues el párroco, a quien iba a servirle, no lo recibió con el argumento de que “era muy metalizado”; todo porque antes, aprovechaba la oportunidad brindada por el sastre antioqueño confeccionista de paramentos religiosos.

Entre otros cursos en su hoja de vida registrados, cuenta haber recibido, en Bogotá, uno de Teología con Joseph Ratzinger, hoy el Pontífice Benedicto XVI.

Una pausa para referirnos a tan alto encumbrado personaje: tres veces estuvo en Colombia; algunos de los que le recibieron clases, recuerdan con lágrimas de alegría, que nunca pensaron enriquecer sus biografías algún día, al incluir el haber recibido clases de tan elevado personaje. Resultará larga esta interrupción, pero los amigos de la música también habrán anotado este pasaje de la vida de nuestro actual Pontífice; en dos de sus viajes a Bogotá, pidió que lo acompañaran a El Rosal, pueblo cundinamarqués al occidente de Bogotá, en donde existe un monasterio de los padres Benedictinos; allí quedó fascinado por un instrumento hecho de guadua; en su segundo viaje a esa población, se sentó frente al órgano de 854 flautas, e interpretó varias obras musicales.

Después de tan interesante pausa, anotémosle a Nieto Arias, varios cursos de Pastoral Familiar y, en esta rama, ocupó el cargo de Vicario, en reemplazo del Obispo. Creó el programa radial El Pregonero Mariano (Radio Manizales) y lo dirigió por 16 años.

Profesor en el Colegio de Nuestra Señora desde 1962 hasta 1984 (22 años); no sólo orientó la cátedra religiosa; fue también asesor espiritual. De la misma manera se desempeñó en el Seminario Menor; fue Capellán en San Pedro Claver; un gran colaborador en el trabajo del padre Sigifredo Ortiz, en la Parroquia de La Santísima Trinidad y Capellán en Villa Hermosa.

En 1981 llegó a ejercer los destinos de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar en donde dejó imborrables huellas para la historia de este sector y una magnífica hoja de vida.

Con una comisión de fieles de la Parroquia, fueron a la Secretaría de Educación del Departamento, y allí consiguieron en préstamo el Aula Máxima del Colegio Mariano Ospina Pérez para la celebración de la Liturgia. En este recinto se llevó a cabo el primer matrimonio y el primer bautizo.

Con su firma aparece asentada la primera partida de Bautismo, aquí reproducida con el permiso del doctor Ramón Correa Jaramillo:















PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Calle 10 No. 2 D 45 Villapilar

MANIZALES

PARTIDA DE BAUTISMO

EL SUSCRITO CERTIFICA QUE EN EL LIBRO 01 FOLIO 1 NÚMERO 1

SE ENCUENTRA LA SIGUIENTE PARTIDA

JULIANA CORREA MONTOYA

EN LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, A VEINTISIETE DE SEPTIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y UNO, EL PRESBÍTERO ANTONIO NIETO ARIAS, BAUTIZÓ A JULIANA CORREA MONTOYA NACIDA EL VEINTE DE JULIO DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y UNO. HIJA LEGÍTIMA DE INÉS ELENA MONTOYA MORA Y RAMÓN ALFREDO CORREA OSPINA. ABUELOS PATERNOS: RAMÓN CORREA JARAMILLO Y DOLLY OSPINA DE CORREA. ABUELOS MATERNOS: GABRIEL MONTOYA RAMÍREZ E INÉS MORA DE MONTOYA. PADRINOS: RAMÓN CORREA JARAMILLO Y DOLLY OSPINA DE CORREA. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
DOY FE, PBRO. ANTONIO NIETO ARIAS xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
EXPEDIDA EN MANIZALES, A DOCE DE JULIO DE DOS MIL DOCE.

DOY FE,


PBRO. HÉCTOR HERNÁN RAMÍREZ RÍOS
ADMINISTRADOR PARROQUIAL

El padre Nieto no contó con auxilios oficiales; fue realmente fiel a una tradición de nuestros pueblos: “Casi todos los templos de Colombia se hicieron a punta de empanadas” afirmó el doctor Alfredo Cardona Tobón en su columna del Papel Salmón de La Patria . Así mismo, el párroco de Villa Pilar principió a organizar festivales para adquirir fondos e iniciar la construcción. No faltaron las “malas lenguas” que muy sutilmente sugirieron irregularidades en el manejo de la cuenta parroquial.

Era una parroquia sin paramentos sacerdotales; las primeras celebraciones litúrgicas se realizaron con vestiduras prestadas; desde esta época principiaron a conseguir armarios y ornamentos. Con dineros de los festivales, con el tiempo, lograron conseguir una carpa y equipo de sonido, pero como nunca faltan los amigos de lo ajeno, alzaron con estos implementos, así como antes lo habían hecho con nuestra primera campanilla. Siempre hubo motivos para que el pesimismo cundiera; por fortuna, entre los vecinos no faltaban las personas entregadas a la acción propuesta. ¿Cómo olvidar a la profesora Nubia Alzate, cuando dedicaba parte de su tiempo en las actividades programadas para echar adelante las acciones pro Templo? Al columnista arriba citado se le escapó la descripción de cuadros costumbristas como pudo haber sido el de doña Rosario Duque de Alzate armando empanadas y echándolas a la paila de aceite caliente, y luego el doctor Ramón Correa encargado de la distribución y venta de las mismas. Los lectores sabrán perdonar esta divagación o coletilla, pero no podemos pasar inadvertida una anécdota de uno de estos días de festival: los nietos y otros familiares de doña Rosario fueron a visitarla al sitio donde ella estaba laborando pro templo, pidieron chocolate con empanadas y fueron a salir del lugar cuando Rosarito los atajó:

–Un momento, ¡muchachos! En la casa, el algo es gratis, pero aquí, estas empanadas son para el templo; así es que ustedes ¡pagan, o pagan!
Imposible olvidar
las empanadas de doña Rosario
Volviendo con el padre Nieto, es posible que el comentario de “las malas lenguas” hubiera causado algún disgusto al padre Nieto; un día consignó el poco dinero de la Parroquia en el Banco Central Hipotecario y presentó la renuncia. Después de un tiempo, fue nombrado Capellán del Palacio Arzobispal.

En Villa Pilar, cuenta el padre Nieto, algún día una viejecita muy agripada me dijo: —Padre, vengo a confesarme con usted a ver si se me cura esta gripa. —La confesé; no sé si se alivió; pero a mí, ¡casi no se me cura la peste contagiada por esa penitente!

En el año 2002 se fue para Medellín, entre dos o tres años laboró en La Candelaria (Basílica Metropolitana); actualmente está en Belén Rosales, Parroquia Jesús de la Buena Esperanza. Primero fue víctima de la erisipela; ha estado este año (2012) limitado físicamente; a principios del año lo intervinieron quirúrgicamente y le afectaron las cuerdas vocales; a mediados del mes de agosto de este mismo año, hemos vuelto a visitarlo y lo hemos notado con su salud en “menguante”.


5.4 PBRO. JOSÉ PABLO ESCOBAR SÁENZ


De acuerdo con su hoja de vida, nació el 26 de mayo de 1937. Ordenado sacerdote el 20 de noviembre, 1960, por Monseñor Arturo Duque Villegas.

Ejerció como vicario en Salamina, Pensilvania, Santa Rosa de Cabal, Neira; capellán en Cristo Rey, Coldeportes, Hospital Universitario, Escuela de Cadetes, Ejército en Bogotá, Escuela de la Policía en Bogotá, Escuela de Carabineros en Manizales, Universidad de Manizales.

También se desempeñó frente a la Pastoral Juvenil en la Fundación Manuel Mejía, Federación Nacional de Cafeteros. Pastoral Parroquial U.S.A. en Filadelfia y en Miami; en Alemania, durante un tiempo siguió en la misma línea de apostolado.

Al regresar a Colombia, estuvo al frente de las parroquias de Jesús Nazareno, la Santísima Trinidad —La Cabaña—, San Juan Bautista.

Ocupó la Vicerrectoría del Colegio de Nuestra Señora, desde 2.011 hasta mediados del 2012-

Llegó a ejercer los destinos de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar (Villapilar), en 1992.

Fue el padre José Pablo quien abrió el primer Libro de Matrimonios del Despacho Parroquial de Nuestra Señora del Pilar, ceremonia realizada en el Salón de Actos del Colegio Mariano Ospina Pérez.


PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Calle 10 No. 2 D 45 Villapilar
MANIZALES

PARTIDA DE MATRIMONIO
EL SUSCRITO CERTIFICA QUE EN EL LIBRO 01 FOLIO 1 NÚMERO 1
SE ENCUENTRA LA SIGUIENTE PARTIDA

EN LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, A VEINTIOCHO DE JULIO DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CUATRO, EL PRESBÍTERO JOSÉ PABLO ESCOBAR SÁENZ, PRESENCIÓ EL MATRIMONIO QUE CONTRAJO RAMÓN ALBERTO LONDOÑO VINASCO HIJO DE ROBERTO LONDOÑO Y OFELIA VINASCO. BAUTIZADO EN LA INMACULADA – MANIZALES, EL CUATRO DE ENERO DE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y TRES. CON BEATRIZ ELVIRA CORREA MEJÍA HIJA DE JAIME CORREA Y ROSALBA MEJÍA. BAUTIZADA EN JESÚS NAZARENO - MANIZALES, EL VEINTISEIS DE ENERO DE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO. TESTIGOS: RUBEN DARIO PARRA Y CLEMENCIA CORREA MEJÍA. xxxxx
DOY FE: PBRO. JOSE PABLO ESCOBAR SÁENZ xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
EXPEDIDA EN MANIZALES, CALDAS A ONCE DE JULIO DE DOS MIL DOCE.
DOY FE,

PBRO. HÉCTOR HERNÁN RAMÍREZ RÍOS
Administrador Parroquial













En este mismo periodo llegó la primera visita pastoral a la Parroquia, como consta en el libro de Actas de Visitas Pastorales de la Arquidiócesis de Manizales .





ACTA DE VISITA PASTORAL A CUASI-PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR


“En los días del 7 al 10 de junio de mil novecientos ochenta y siete tuve la satisfacción de practicar Visita Canónica a la Cuasi-Parroquia de Nuestra Señor del Pilar, dirigida por el señor Presbítero José Pablo Escobar.

Aprecio y agradezco la acción pastoral, en particular la voluntad y decisión del Padre José Pablo que ha desplegado sus energías a poner

Cumplido enteramente el programa de encuentros, diálogos y celebraciones previstos, cumplo el deber de enviar las siguientes recomendaciones para el progreso de la comunidad.

1 El don de la fe y las virtudes de religiosidad y colaboración que animan a la feligresía deben consolidarse e intensificarse para madurez cristiana de las personas y de la comunidad.

2 Aprecio y agradezco la acción pastoral, en particular la voluntad y decisión del Padre José Pablo que ha desplegado sus energías a poner las bases formales de la Parroquia. El Señor le recompense y la feligresía lo estimule con su presencia y participación.

3 Es providencial que el lanzamiento formal de la Parroquia coincida con el plan pastoral nacional de renovación de las Parroquias, pues de tal manera ésta del Pilar comenzará con vitalidad profunda y plena. Lo esencial es formar verdadera comunidad, por lo que el Directorio Nacional de Pastoral Parroquial enseña: “Todos los miembros de la comunidad parroquial están llamados a construir entre ellos vínculos de pertenencia semejantes a los que se establecen en una verdadera familia. Esta pertenencia no se reduce a un movimiento de simpatía ni al hecho de habitar un territorio parroquial ni a prácticas sacramentales esporádicas. La pertenencia debe proyectarse en comportamientos habituales y concretos que manifiesten los vínculos que atan a los miembros de la parroquia entre sí: conocimiento, trato, comunicación, ayuda mutua, participación en los actos de culto, colaboración a la solución de los problemas de la comunidad (D.N.P.P.985).

La base teológica es la doctrina admirable del Apóstol: “Os exhorto a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados. . . soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos” (Ef. 4, 1-5)

4 Grupo apostólico

La madurez cristiana de una comunidad está condicionada prácticamente por la presencia y actividad de los apóstoles seglares, por lo que enseña el Concilio: “La Iglesia no está verdaderamente formada, no vive plenamente, no es señal perfecta de Cristo entre los hombres, en tanto no exista y trabaje con la Jerarquía un laicado propiamente dicho. Porque el Evangelio no puede penetrar profundamente en las conciencias, en la vida y en el trabajo de un pueblo sin la presencia activa de los seglares. Por ello, ya al tiempo de fundar la Iglesia hay que atender sobre todo a la constitución de un maduro laicado cristiano” (A. C. 21). Por ello aplaudo y estimulo los grupos apostólicos ya existentes y cuantos se puedan organizar en el futuro.

5 Obras parroquiales.

Desde luego lo básico y fundamental es emprender la construcción del templo, que formará sólidamente la comunidad. Recomiendo por tanto organizar pronto los trabajos iniciales con la conciencia muy clara de que al propio tiempo hay que ir construyendo el templo espiritual que es cada una de las personas, a tenor de la enseñanza de San Pablo “¿No sabéis que sois santuario

Contáctenos:

Cámara del Libro. Calle 35 No.5A-05 / Tel. (571) 6017441231