Reseña

En un poco más de cien páginas, el novel escritor caribeño Javier Álvarez Díaz, intenta sintetizar a través de una pintoresca y divertida cuentística, aspectos de la vida, cotidianidad, comportamientos, costumbres, trascendencia, personalidad y realidad de una buena parte de los habitantes de la región norte de Colombia.
Ya al anunciar la aparición de los panfletos de modas o al narrar planes macabros de atentados sociales y materiales. Ya al advertir el respeto por los santos y las circunstancias que se avienen en las tradiciones amorosas de los pueblos o al expresar la violación de leyes y normas establecidas en los derechos humanos. Con un sentido coloquial refiere de manera amena la supuesta aparición después de la media noche de una mujer inconfundible de llantos y gritos espeluznantes a la orilla de un arroyo en los raigales de la calavera de un árbol de chagualo y, con visión social, denuncia que en uno de estos pueblos casi no queda nadie, pues aquellos que se han ido por causa de la violencia, jamás han regresado. Este autor narra con excelente picardía y atrevido ensarte de aplazos el deseo por la virginidad de una joven mujer como Matilde y promueve las “bondades” de La Burbuja, lugar erótico y complaciente en un entorno ribereño o porteño, nido de amables y despistante vírgenes necias como Maribel, quien además de enloquecer de pasión a Joaquín Alfonso, conlleva a que la esposa de éste tomara decisiones irreversibles en su relación como manifestación y cobro del engaño, irrespeto, ofensa, desprotección y humillación a la que fue expuesta.
Por todo lo anterior, no se está exento, apreciado lector, de una juiciosa, profunda y sostenida travesía, amena por este novedoso y divertido contenido.