La Noche del Fin del Mundo
Autor: | Cruz D., Juan David |
Y tal vez ya había caminado una hora, o quizá menos. Las piernas me temblaban por el cansancio y los muslos se me acalambraban a cada momento; entonces se fue haciendo de noche y pensé en entrar a un café que brillaba como a media cuadra, lo pensé y lo seguí pensando hasta que me encontré frente a la enorme puerta de vidrio y pude ver a la gente que estaba dentro: una, dos, tres, quizás más parejas, todas bebían tinto o cerveza o capuchino, nadie comía nada. Pude ver que no había niños, tampoco ancianos solos como los que me encuentro en el café al que voy a beber vino todos los viernes. En la cara de una de las mujeres de adentro creí ver su cara, sin embargo fue una imagen ilusoria, una simple broma estúpida de la mente.