Ciudades de Agua
Poemas
Autor: | Chica Cardona, Julián |
PRÓLOGO
El acercamiento en la cotidianidad a Ciudad de Agua, el libro de Julián Chica abre al lector ávido de poesía un panorama inédito donde reencontramos aquellos elementos que, si bien rompen el silencio del paisaje poético, hacen seguidamente del mismo, un grito al cual volver los ojos.
En la voz del poeta caldense se perfila una ciudad cuyas palmas graban palmo a palmo sus ruinas y rutinas, nos aproxima a un mar extraviado cuando crece el asfalto alrededor nuestro y el árbol signa pájaros donde el deseo reclama por todo aquello en constante movimiento. El discurrir espacios donde lo cotidiano traspasa la mirada para suspender en ella una imagen de insaciable contenido, lo que hace de este poemario una vuelta a lo esencial entre las formas que suelen escapársenos habitualmente entre las manos.
El poeta salva el arisco intersticio de las jaulas interiores, nos lleva a degustar la sed que asfixia sin dejarse, sin embargo, seducir por la estampa amarga. Al contrario Julián tensa las palabras y como buen arquero mide la distancia entre lo racional y lo absurdo. No deja nada al azar.
Una lluvia del alma, un cuenco de remolinos inquietos, invitan a dar vuelta a los campanarios para volver a sí mismo y de ese modo valorar el ritmo donde confluyen las mareas bajo el espejo de una poética serpenteante por el drama humano.
Hay ciudades interiores que claman por una filantropía del amor capaz de reinventarse en su fragilidad, sacudiendo conatos de incendio. Las llamas inquietantes en ambos dinteles de puertas que no logran escapar al sueño, donde aquí y allá sus habitantes son víctimas o victimarios. Hambriento cardumen de lo que somos, este poemario constituye una invitación a detenerse en lo sencillo, para luego dar rienda suelta a lo novedoso, sin excluir la misión renovada y consciente de un peregrinar humano.
La vida nos cobra caro ese pasar sin detenernos ante la posibilidad de hacer patria de nuestras convicciones. Por ello es imprescindible retomar en cada página el hilo de la savia donde el hombre poeta que es Julián Chica nos adentra en un viaje de estampas con una fuerza o invocación pausada entre lo esencial y lo crudo, para no dejar secar la fuente original que somos y así defender lo que hace posible a la vez al pez y al pájaro que resguardan la vigilia del yarumo, como bien lo dice el poeta:
“Sobrevivimos en resquicios altaneros
de algún ave misteriosa que ha escapado de la niebla
y nos ha dejado las raíces
donde nace el agua
y se yerguen en arrullos al jolgorio de los pájaros
en la inaudible voz de los insectos
Sobrevivimos
y no sabemos cómo”
He aquí por tanto una invitación a adentrarnos en el cauce de la corriente sintiendo como propio el “Acrílico” que sirve para reconocernos a nosotros mismos en el dolor de las pérdidas. Valga la perseverancia que nos rescata del paso del tiempo permitiéndonos penetrar los espejos a los que nos enfrenta el poeta.
“Porque al final todo eso es agua
y es fluido
La ilusión que llega o que se escapa
La vida se come la vida”…
Anna Francisca Rodas Iglesias
Medellín
2012