Reseña

No hay quien sufra por no encontrar las palabras o los gestos apropiados para consolar a personas afligidas por el sufrimiento, por la muerte de un ser querido o por la proximidad de la propia muerte al vivir una enfermedad terminal. El presente libro va hasta la última fuente iluminadora de ese problema: busca luces en el misterio pascual del Señor que iluminen la noche casi desesperada del dolor humano. Asi, a partir de la muerte y resurrección de Jesús el autor elabora la muerte y el dolor en la cultura moderna, los cuales también han sufrido un profundo cambio cultural en el modo de ser enfrentados y experimentados por las personas.

La sociedad de placer y de consumo hace más agudos el dolor y el sufrimiento. Hace de la muerte un verdadero tabú, objeto de prohibición y de vergüenza. El carácter familiar es desplazado por la entrada triunfante de la medicina, que roba al enfermo el calor de las relaciones afectivas, entuba o seda, controlando así todos los signos vitales en la terrible prisión de la Unidad de Ciudadanos Intensivos. Nada de eso consigue eliminar el misterio y el dolor de la muerte.

Con fervor teológico, y siguiendo las huellas del teólogo protestante J. Moltmann, el libro aborda el dolor desde Dios mismo, rompiendo la tradicional visión de su imapasibilidad total y absoluta. Habla del dolor y de la muerte en Dios, de su amor y su pasión en el doble sentido de entrega apasionada y de sufrimiento.