Sabotaje
Autor: | Delgado, Carlos Andrés |
Basta de especulaciones. El cielo y el infierno existen. El camino entre uno y otro es de veinte minutos y acabo de recorrerlo. Por la montaña hay prados verdes y jardines con flores amarillas y rojas. Este batallón es una finca con guayacanes y pinos, con descansos en la loma y bancas metálicas. Reconozco el lugar donde estaré encerrado doce meses. Más arriba está el edificio robusto y blanco de tres pisos. Parece una cárcel vieja y opaca, con las ventanas corroídas, las paredes desgastadas y el tejado oscuro. Me intimida el bloque roñoso y blanco. Las paredes tienen trazos de óxido, manchas dibujadas en épocas de lluvia desde las ventanas. Siento un olor a podrido en el ambiente. Me rasco la nariz y se me clava el pesimismo en el vientre. Ahora todos van callados. Solo escuchamos el corcoveo del chasís por la pendiente. Pasamos por un lado del edificio. Hay una pared alta, sólida y sucia con una ventana enrejada. Una correccional gris del Medioevo. Una cabeza aparece por la ventana. Es un clavo con los ojos desquiciados: - ¡Bienvenidos al infierno! -y se agarra de la reja.