Reseña

"Publio en la Ruta del Incienso", la segunda novela de la serie "Aventuras en los confines del Mundo Romano", traslada a sus protagonistas Publio y Rufino a uno de los ambientes más inhóspitos del mundo antiguo, cercado por la miseria, pero también por refinadas civilizaciones. En este contexto, los héroes sufren y enfrentan las injusticias, y cuando todo parece concluir en desgracia, las circunstancias y la voluntad humana detienen lo fatal.
Como novela histórica, las líneas que separan la ficción y lo verosímil están entrelazadas semejante a las fibras, que juntas, forman una tela. Sus páginas evocan las ruinas de Ubar, antigua urbe devorada por el desierto, ciudad que no tenía igual en el mundo antiguo, con torres de mármol, pilares finamente decorados y estatuas enchapadas de oro; su esplendor llegó a competir con el mismo paraíso. Celosos, los dioses desataron sobre ella una terrible tormenta de arena que la sepultó en siete días y siete noches. Hace tres décadas, un grupo de arqueólogos que deambulaban por el desierto, descubrieron la ubicación de unas reliquias que posiblemente pueden corresponder a la Ubar de las leyendas; el descubrimiento recuerda el espíritu romántico de Heinrich Schliemann que en 1870 desenterró las ruinas de Troya.