Reseña

Si leen esto como si estuvieran leyendo poesía, esto no es poesía, son pequeñas anulaciones de los ritmos que muchas veces estuvieron en los pensamientos de un migrante. A los versos y sus pequeñas simulaciones de vida, nunca quise insinuarles las dificultades por terminar una tirada o una página inconclusa. Los dejé libres.

Había escrito un pequeño fragmento sobre la poética de estos versos, en aquellas tardes de nostalgia cuando escribía en palimpsestos, pero me tocó dejar una imprenta en esta página final que hubiese preferido dejar en blanco. Así hice con muchos poemas que ustedes lectores leyeron en la oculta noche de los versos.

Querido lector, no me reclames por cada palabra que no logró construir la imagen de un castillo de ilusiones, ni un mar de ensueños, sólo soy un escritor que gastó su tiempo para lectores a los que no les gusta leer muchas referencias eruditas y los que prefieren una diestra y siniestra realidad.

Un último enunciado post-mortem, vayan arrastrando al paso de cada palabra el recuerdo de un poema que quiso ser en la línea anterior y que no pudo ser. Es en lo que no pudo ser, donde nacen nuevas poesías.