Eternidad visible
Autor: | Gonzalez, María Clara |
NO APLAZARÁ MÁS EL ALBOROZO ahora que la inaugura la certeza, emprende al fin el anhelado vuelo mientras el mar aparta los hilos del apego. Ya no hay nostalgias no hay miedo ya no hay culpas; la soledad central al sumergirse en aire, deja atrás las cóncavas regiones del recuerdo. Abandona su cuerpo a las corrientes junto a la prisa por los atardeceres. ¡Sólo espacio interior ilimitado! Tras el manto del aire ?alto en el cielo? se esconden las palabras. En la otra orilla el agua será mar transparente el viento será quieto y más fácil, volar hacia la altura Ella es garza-luz Abandonó su árbol para habitar la brisa está presta a volar por los amaneceres. en una playa nueva construirá su nido y se dispone ahora a cantos y a palmeras. Alguna vez atravesó el desierto sola sedienta anhelando un oasis sin darse cuenta entonces que era el desierto lo que poseía. Atrás, entre las sombras de las hojas, la silueta que vuela a la intemperie hacia el techo del mundo. Un paisaje distante, la sal y un aire nuevo la invitan otra vez. El violeta del arco iris será su morada ?o su primera escala? A la sombra del soplo, cuando calle, ¡Ha de volver a izarse el día!