Palabras Sin Escolta
Autor: | Tió, Elsa |
SALITRE Salitre sastre que hilvanas en el aire láminas de sal que cubren a mi cuerpo. Son los vientos alisios que insisten en vestirme con escarcha marina. Polvoreas mi piel y sazonas mi casa, enmoheces mis penas hasta corroerlas como la verja que no vuelve a pintarse, frente al mar de mi orilla. Oxidas el recuerdo que merece el olvido enturbias transparencias en todos mis cristales, humedeces y aromas con tu olor a sargazo. Hasta que el agua de la acequia donde la luna se acuerda del río, me endulza y saborea. VIEQUES A Magaly Quiñones Isla Nena, geografía en desdicha donde entrena la muerte su desprecio a la vida. En su lecho marino, donde habitan bombas aún sin estallido, caen más hondas tus penas de sal y de infinito. Eres herida abierta que curan en la noche las estrellas. Isla Nena, tan violada y tan pura, tan prisión y horizonte donde se adhiere la semilla a la tumba. Tus niños ven la muerte como una maniobra y la orilla una práctica, llena de cicatrices y tormentos. Isla maternal, playa fértil y brava a tu vientre de arena no llegan las tortugas. La noche ya no escucha el pasar de los pájaros. Y el paisaje se enluta al ver marchar solemne los carapachos negros, de una fila de cobos con su tenaz paciencia tiznando el horizonte. Cuando acabe el relámpago y los peces encuentren la ruta del coral y del silencio, la playa cementerio regresará a la vida. Volverán las tortugas y el eco de la paz derrotará a la muerte.