Cuadernario
Autor: | Contreras, Luis Alejandro |
A todo aquel que sublima la oración pártele un rayo arte y canto de la luz sagrada. A punto de caer exhausto, de soltar las amarras que me han sostenido entre las comisuras del aire, inhalo una bocanada de luz que evoca pasajes de una vida vivida a cielo descubierto. Veo siete velas danzando sobre la tersura del hambre. Y siete caballos durmiendo dentro del sueño de un lupanar. De pronto lo descubro, yo soy ese sueño, caminando de puntillas entre resuellos de olvido. Son siete bestias blancas, sus sinuosidades instigan la brutalidad del amor. Más tarde me encuentro a la orilla de un río subterráneo y veo pasar un anciano gondolero con facciones de Caronte. Con voz quebrada que oculta una indecible potencia, masculla un estribillo que reza: todo sentimiento es impar, todo sentimiento es impar, todo sentimiento es impar B Brilla un brillo partido. Sus destellos de luz no prefiguran que son hijos de un mínimo caos. Una copa, al caer, no puede imaginar la suerte de abanicos que albergan los inefables pechos de mujeres que juegan a ser vulvas de Diosa y, más allá o más acá, tampoco podrá imaginar que la vida de un hombre se disuelve en el cedazo del amor no declarado (no declarado para sí, quiero decir); pero, entre tanto, persistirán los destellos en los cristales de la pulverizada copa que vino cayendo desde el instante en que nos percatamos cuán alejados estamos del vivir