Reseña

A mi modo de apreciar, la poética de J.M. Stapper en tránsito por profundas vertientes, contará con el reconocimiento a los autores relevantes en el quehacer lírico anhelando que nuevos lectores, hombres y mujeres, lleguen convocados a compartir sus mundos diversos y coloridos de los cuales, Odisea del viento marino, es un eslabón próspero de su obra y meritoria escala en las letras que lo distinguen en el presente. Los metales de su palabra van del hierro al oro, significados de luces y sombras, así que exigirá el papel móvil y el pensamiento lateral renovado, que nos lleve de herreros a alquimistas y viceversa para compenetrarse de toda la belleza de su mina creativa.
Marisa Aragón Willner
No es fácil -decía-, y fue el temor que me sobrevino al empezar a leer el título y los primeros poemas. Sin embargo, el poemario me fue dando seguridad, me fue desasustando y convenciendo de que sabía lo que estaba diciendo y, sobre todo, que sabía cómo decirse de ese modo. Al cabo de varios poemas me ganó la certeza de que el surrealismo no había sido una elección preconcebida, a ultranza, sino el modo de ser del poemario desde su origen. Pues bien, un poemario surrealista es lo que le espera al lector que resuelva tomarlo entre manos. He visto monografías dedicadas a descifrar poemas surrealistas a punta de gramática generativa transformacional, buscando el muerto aguas arriba. ¡Y no, por favor! Asi no es.
Otto Ricardo-Torres
El lector, cualquier lector -aún el neófito en poesia- encuentra en los poemas de J. M. Stapper, mil reflejos de sentimientos y pensamientos. No sólo la expresión de un acercamiento al mundo y sus componentes, sino al hombre de hoy, con la experiencia de ayer. No se plantea una tesis en particular, pero cada poema invita a la reflexión, pues las palabras son signos lingüísticos que denotan realidades y connotan significados. La palabra puede ser re-interpretada por el lector y, a la vez puede ser recreada, de acuerdo con las vivencias particulares.
Diego Muñoz Martínez