Reseña

Veintiún estudiantes de Antropología de la Universidad de Antioquia emprendimos un viaje, y, en medio de empinadas montañas, encontramos un territorio que no se deja conocer desde lejos, pero que se revela en los detalles, en las miradas largas, en el gesto compartido. Durante una semana de julio de 2025, caminamos por las calles de Ituango, compartimos alimentos, escuchamos historias entre murmullos y carcajadas, entre rezos y canciones. Descubrimos formas de creer, de resistir, de recordar. En las fachadas pintadas, en los altares domésticos, en los cuentos que pasan de boca en boca, en los activismos virtuales, Ituango nos enseñó que toda cotidianidad es un universo por explorar. Los perros, compañeros fieles del camino, y el río entrañado en la vida de los Ituanguinos nos recordaron que la vida que habita el territorio no es solo humana. La montaña, el café, la devoción, la música, los bailes, las palabras que nombran lo que duele y lo que salva… todo nos hablaba, si sabíamos escuchar. Este libro es un intento por devolver algo de lo vivido y una apuesta por crear con quienes nos abrieron las puertas y el corazón, encontrarán la poesía de Teresita del Niño Jesús y Néstor Úsuga, las fotografías de Luis Palacio y los ensayos de los estudiantes que incorporan fragmentos de diarios de campo, relatos colectivos y abren preguntas a la reflexión. No se trata de un relato terminado, sino de una invitación a experimentar una etnografía que se construye desde la presencia, el afecto y la disposición a dejarse afectar por el encuentro.